Luego, a los jóvenes y ancianos que se agolparon contra la puerta de la casa los dejaron ciegos, de modo que ya no podían encontrar la puerta.
2 Reyes 6:18 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Como ya los sirios se acercaban a él, Eliseo volvió a orar: «Señor, castiga a esta gente con ceguera». Y él hizo lo que le pidió Eliseo. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y luego que los sirios descendieron a él, oró Eliseo a Jehová, y dijo: Te ruego que hieras con ceguera a esta gente. Y los hirió con ceguera, conforme a la petición de Eliseo. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando el ejército arameo avanzó hacia él, Eliseo rogó: «Oh Señor, haz que ellos queden ciegos». Entonces el Señor los hirió con ceguera, tal como Eliseo había pedido. Biblia Católica (Latinoamericana) Los arameos bajaron donde Eliseo. Este hizo esta oración a Yavé: '¡Dígnate dejar ciega a esa tropa!' Y Yavé los dejó ciegos según la palabra de Eliseo. La Biblia Textual 3a Edicion Y cuando bajaron contra él, Eliseo oró a YHVH, y dijo: ¡Hiere a esta gente con ceguera, te ruego! Y Él los hirió con una ceguera° total conforme a la palabra de Eliseo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando los arameos bajaron contra él, se puso Eliseo a orar a Yahveh, diciendo: 'Hiere a esta gente de ceguera'. Y Yahveh los hirió de ceguera, conforme a la súplica de Eliseo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y luego que los sirios descendieron a él, Eliseo oró a Jehová, y dijo: Te ruego que hieras con ceguera a esta gente. Y los hirió con ceguera conforme a la palabra de Eliseo. |
Luego, a los jóvenes y ancianos que se agolparon contra la puerta de la casa los dejaron ciegos, de modo que ya no podían encontrar la puerta.
Luego Eliseo les dijo: «Esta no es la ciudad adonde ibais; habéis tomado un camino equivocado. Seguidme, que yo os llevaré adonde está el hombre que buscáis». Pero los llevó a Samaria.
De día estos se topan con las tinieblas; a plena luz andan a tientas, como si fuera de noche.
En cambio, tendré compasión de la tribu de Judá, y la salvaré; pero no por medio de arco, ni de espada ni de batallas, ni tampoco por medio de caballos y jinetes, sino por medio del Señor su Dios».
»En aquel día espantaré a todos los caballos y enloqueceré a sus jinetes —afirma el Señor—. Me mantendré vigilante sobre Judá, pero dejaré ciegos a los caballos de todas las naciones.
«Les ha cegado los ojos y endurecido el corazón, para que no vean con los ojos, ni entiendan con el corazón ni se conviertan; y yo los sane».
Entonces Jesús dijo: ―Yo he venido a este mundo para juzgarlo, para que los ciegos vean, y los que ven se queden ciegos.
Ahora la mano del Señor está contra ti; vas a quedarte ciego y por algún tiempo no podrás ver la luz del sol». Al instante cayeron sobre él sombra y oscuridad, y comenzó a buscar a tientas a alguien que lo llevara de la mano.
¿Qué concluiremos? Pues que Israel no consiguió lo que tanto deseaba, pero sí lo consiguieron los elegidos. Los demás fueron endurecidos,