Así que Acab pasó revista a los cadetes, que sumaban doscientos treinta y dos hombres. También pasó revista a las demás tropas israelitas: siete mil en total.
2 Reyes 6:10 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Así que el rey de Israel envió a reconocer el lugar que el hombre de Dios le había indicado. Y en varias otras ocasiones Eliseo le avisó al rey, de modo que este tomó precauciones. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Entonces el rey de Israel envió a aquel lugar que el varón de Dios había dicho; y así lo hizo una y otra vez con el fin de cuidarse. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces el rey de Israel mandaba un aviso al lugar indicado por el hombre de Dios. Varias veces Eliseo le advirtió al rey para que estuviera alerta en esos lugares. Biblia Católica (Latinoamericana) El rey de Israel mandó instrucciones al lugar que le había indicado el hombre de Dios. Así lo ponía en aviso Eliseo y esto no sólo una o dos veces, y el rey se mantenía en guardia. La Biblia Textual 3a Edicion Y el rey de Israel envió al lugar que el varón de Dios le había dicho; así que, al prevenirlo, él se guardó de ir allí, y esto no una ni dos veces. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El rey de Israel envió gente al lugar que el varón de Dios le había indicado. De este modo le mantuvo informado, y no una ni dos veces. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces el rey de Israel envió a aquel lugar del cual el varón de Dios le había dicho y amonestado; y se guardó de allí, no una vez ni dos. |
Así que Acab pasó revista a los cadetes, que sumaban doscientos treinta y dos hombres. También pasó revista a las demás tropas israelitas: siete mil en total.
Cuando Eliseo cayó enfermo de muerte, Joás, rey de Israel, fue a verlo. Echándose sobre él, lloró y exclamó: ―¡Padre mío, padre mío, carro y fuerza conductora de Israel!
Eliseo, viendo lo que pasaba, se puso a gritar: «¡Padre mío, padre mío, carro y fuerza conductora de Israel!» Pero no volvió a verlo. Entonces agarró su ropa y la rasgó en dos.
Así que Naamán bajó al Jordán y se sumergió siete veces, según se lo había ordenado el hombre de Dios. ¡Y su piel se volvió como la de un niño, y quedó limpio!
El rey de Siria, enfurecido por lo que estaba pasando, llamó a sus ministros y les preguntó: ―¿Queréis decirme quién está informando al rey de Israel?
Pero el hombre de Dios le envió este mensaje al rey de Israel: «Procura no pasar por tal sitio, pues los sirios te han tendido allí una emboscada».
Al día siguiente, madrugaron y fueron al desierto de Tecoa. Mientras avanzaban, Josafat se detuvo y dijo: «Habitantes de Judá y de Jerusalén, escuchadme: ¡Confiad en el Señor, y seréis librados! ¡Confiad en vuestros profetas, y tendréis éxito!»
El prudente ve el peligro y lo evita; el inexperto sigue adelante y sufre las consecuencias.
El Señor me lo hizo saber y lo comprendí. Me mostró las maldades que habían cometido.
Entonces, advertidos en sueños de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.
Pero, al ver que muchos fariseos y saduceos llegaban adonde él estaba bautizando, les advirtió: «¡Camada de víboras! ¿Quién os dijo que podríais escapar del castigo que se acerca?
y me dijo: “No tengas miedo, Pablo. Tienes que comparecer ante el emperador; y Dios te ha concedido la vida de todos los que navegan contigo”.
Por la fe Noé, advertido sobre cosas que aún no se veían, con temor reverente construyó un arca para salvar a su familia. Por esa fe condenó al mundo y llegó a ser heredero de la justicia que viene por la fe.