2 Reyes 12:10 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Cuando veían que el cofre ya estaba lleno, subía el secretario real con el sumo sacerdote para vaciarlo y contar el dinero que había en el templo del Señor. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y cuando veían que había mucho dinero en el arca, venía el secretario del rey y el sumo sacerdote, y contaban el dinero que hallaban en el templo de Jehová, y lo guardaban. Biblia Nueva Traducción Viviente Cada vez que el cofre se llenaba, el secretario de la corte y el sumo sacerdote contaban el dinero que la gente había traído al templo del Señor y después lo metían en bolsas. Biblia Católica (Latinoamericana) El sacerdote Yoyada tomó después una caja y mandó hacerle un hoyo en la tapa; la puso al lado del altar, a la derecha de la entrada a la casa de Yavé. Los sacerdotes que custodiaban la puerta de la Casa depositaban en ella todo el dinero que se traía a la casa de Yavé. La Biblia Textual 3a Edicion Y fue así que cuando veían que había mucha plata en el cofre, el escriba del rey y el sumo sacerdote iban y contaban, y colocaban en bolsas° la plata que se hallaba en la Casa de YHVH. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El sacerdote Joadá tomó un arca, abrió en la tapa un agujero y la colocó junto al altar, a la derecha, según se entra al templo de Yahveh. Y los sacerdotes encargados de la custodia del umbral echaban allí todo el dinero llevado al templo de Yahveh. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y cuando veían que había mucho dinero en el arca, venía el escriba del rey y el sumo sacerdote, y contaban el dinero que hallaban en la casa de Jehová, y lo guardaban. |
Sadoc hijo de Ajitob y Ajimélec hijo de Abiatar eran sacerdotes; Seraías era el cronista;
Una vez determinada la cantidad, entregaban el dinero a los que supervisaban la restauración del templo. Estos les pagaban a los que trabajaban allí en el templo: carpinteros, maestros de obra,
Además, envió a Eliaquín, administrador del palacio, al cronista Sebna y a los sacerdotes más ancianos, todos vestidos de luto, para hablar con el profeta Isaías hijo de Amoz.
y dio esta orden a Jilquías el sacerdote, a Ajicán hijo de Safán, a Acbor hijo de Micaías, a Safán el cronista, y a Asaías, su ministro personal:
Luego el rey ordenó al sumo sacerdote Jilquías, a los sacerdotes de segundo rango y a los porteros que sacaran del templo del Señor todos los objetos consagrados a Baal, a Aserá y a todos los astros del cielo. Hizo que los quemaran en los campos de Cedrón, a las afueras de Jerusalén, y que llevaran las cenizas a Betel.
―Por favor, llévate seis mil —respondió Naamán, e insistió en que las aceptara. Echó entonces las monedas en dos sacos, junto con las dos mudas de ropa, y todo esto se lo entregó a dos criados para que lo llevaran delante de Guiezi.
Además, Salún hijo de Coré, hijo de Ebiasaf, hijo de Coré, y sus parientes coreítas de la misma familia patriarcal estaban encargados de custodiar la entrada de la Tienda de reunión, tal como sus antepasados habían custodiado la entrada del campamento del Señor.
Los levitas llevaban el cofre a los funcionarios del rey, para que lo examinaran. Cuando veían que había mucho dinero, se presentaban el secretario real y un oficial nombrado por el sumo sacerdote y, después de vaciar el cofre, volvían a colocarlo en su lugar. Esto lo hacían todos los días, y así recogieron mucho dinero.
Luego dieron dinero a los albañiles y carpinteros. A los de Sidón y Tiro les dieron comida, bebida y aceite para que por mar llevaran madera de cedro desde el Líbano hasta Jope, conforme a la autorización que había dado Ciro, rey de Persia.