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2 Crónicas 16:7 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

En esa ocasión el vidente Jananí se presentó ante Asá, rey de Judá, y le dijo: «Por cuanto pusiste tu confianza en el rey de Siria en vez de confiar en el Señor tu Dios, el ejército sirio se te ha escapado de las manos.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

En aquel tiempo vino el vidente Hanani a Asa rey de Judá, y le dijo: Por cuanto te has apoyado en el rey de Siria, y no te apoyaste en Jehová tu Dios, por eso el ejército del rey de Siria ha escapado de tus manos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

En ese tiempo, Hananí el vidente fue a ver al rey Asa y le dijo: «Por cuanto pusiste tu confianza en el rey de Aram en lugar de confiar en el Señor tu Dios, perdiste la oportunidad de destruir al ejército del rey de Aram.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

En aquel tiempo el vidente Janani fue donde Asá, rey de Judá, y le dijo: 'Porque te has apoyado en el rey de Aram y no en Yavé, tu Dios, por eso se ha escapado de tu mano el ejército del rey de Aram.

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La Biblia Textual 3a Edicion

En aquel tiempo el vidente Hanani fue a Asa, rey de Judá, y le dijo: Por cuanto te has apoyado en el rey de Siria, y no te has apoyado en YHVH tu Dios, por eso el ejército del rey de Siria escapó de tu mano.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

En aquel tiempo, Jananí, el vidente se presentó a Asá, rey de Judá, y le dijo: 'Por haberte apoyado en el rey de Aram y no haberte apoyado en Yahveh, tu Dios, se ha escapado de tus manos el ejército del rey de Aram.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

En aquel tiempo el vidente Hanani vino a Asa, rey de Judá, y le dijo: Por cuanto te has apoyado en el rey de Siria, y no te apoyaste en Jehová tu Dios, por eso el ejército del rey de Siria ha escapado de tus manos.

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Lòt tradiksyon



2 Crónicas 16:7
19 Referans Kwoze  

«Hagamos tú y yo un tratado como el que antes hicieron tu padre y el mío. Aquí te envío un presente de oro y plata. Anula tu tratado con Basá, rey de Israel, para que se marche de aquí».


En aquel tiempo, la palabra del Señor vino a Jehú hijo de Jananí y le dio este mensaje contra Basá:


Además, por medio del profeta Jehú hijo de Jananí, la palabra del Señor vino contra Basá y su familia, debido a todas las ofensas que este había cometido contra el Señor, provocando así su ira. Y, aunque destruyó a la familia de Jeroboán, llegó a ser semejante a esta por las obras que hizo.


Ezequías puso su confianza en el Señor, Dios de Israel. No hubo otro como él entre todos los reyes de Judá, ni antes ni después.


Por cuanto confiaban en Dios, clamaron a él en medio del combate, y Dios los ayudó a derrotar a los agarenos y a sus aliados.


En esa ocasión fueron humillados los israelitas, mientras que los de Judá salieron victoriosos porque confiaron en el Señor, Dios de sus antepasados.


Allí Asá invocó al Señor su Dios y le dijo: «Señor, solo tú puedes ayudar al débil y al poderoso. ¡Ayúdanos, Señor y Dios nuestro, porque en ti confiamos, y en tu nombre hemos venido contra esta multitud! ¡Tú, Señor, eres nuestro Dios! ¡No permitas que ningún mortal se alce contra ti!»


Entonces el rey Asá movilizó a todo Judá y se llevó de Ramá las piedras y la madera con que había estado fortificando aquella ciudad, y fortificó Gueba y Mizpa.


el vidente Jehú hijo de Jananí fue a visitarlo y le dijo: «¿Cómo te atreviste a ayudar a los malvados, haciendo alianza con los enemigos del Señor? Por haber hecho eso, la ira del Señor ha caído sobre ti.


Siguió el buen ejemplo de su padre Asá y nunca se desvió de él, sino que hizo lo que agrada al Señor.


Los demás acontecimientos del reinado de Josafat, desde el primero hasta el último, están escritos en las crónicas de Jehú hijo de Jananí, que forman parte del libro de los reyes de Israel.


Aunque el ejército sirio era pequeño, el Señor permitió que derrotara a un ejército muy numeroso, porque los habitantes de Judá habían abandonado al Señor, Dios de sus antepasados. De esta manera, Joás recibió el castigo que merecía.


¡Ay de los que descienden a Egipto en busca de ayuda, de los que se apoyan en la caballería, de los que confían en la multitud de sus carros de guerra y en la gran fuerza de sus jinetes, pero no tienen en cuenta al Santo de Israel, ni buscan al Señor!


Cada uno será como un refugio contra el viento, como un resguardo contra la tormenta; como arroyos de agua en tierra seca, como la sombra de un peñasco en el desierto.


Entonces el profeta Isaías fue a ver al rey Ezequías y le preguntó: ―¿Qué querían esos hombres? ¿De dónde vinieron? ―De un país lejano —respondió Ezequías—. Vinieron a verme desde Babilonia.