En aquel lugar había una ciudad que se llamaba Luz, pero Jacob le cambió el nombre y le puso Betel.
2 Crónicas 13:19 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Abías persiguió a Jeroboán y le arrebató las ciudades de Betel, Jesaná y Efraín, con sus respectivas aldeas. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y siguió Abías a Jeroboam, y le tomó algunas ciudades, a Bet-el con sus aldeas, a Jesana con sus aldeas, y a Efraín con sus aldeas. Biblia Nueva Traducción Viviente Abías y su ejército persiguieron a las tropas de Jeroboam y conquistaron algunas de sus ciudades, entre ellas Betel, Jesana y Efrón, junto con sus aldeas vecinas. Biblia Católica (Latinoamericana) Abías persiguió a Jeroboam y le tomó las ciudades de Betel con sus aldeas, Jesaná con sus aldeas y Efrón con sus aldeas. La Biblia Textual 3a Edicion Y Abías persiguió a Jeroboam y le conquistó algunas ciudades, tales como Bet- ’El con sus aldeas, Jesana con sus aldeas, y Efraín con sus aldeas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Salió Abías en persecución de Jeroboán y le quitó las ciudades de Betel con sus aldeas, Yesaná con sus aldeas y Efrón con sus aldeas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y siguió Abías a Jeroboam, y le tomó algunas ciudades, a Betel con sus aldeas, a Jesana con sus aldeas y a Efraín con sus aldeas. |
En aquel lugar había una ciudad que se llamaba Luz, pero Jacob le cambió el nombre y le puso Betel.
En esa ocasión fueron humillados los israelitas, mientras que los de Judá salieron victoriosos porque confiaron en el Señor, Dios de sus antepasados.
Durante el reinado de Abías, Jeroboán no pudo recuperar su poderío. Al final, el Señor lo hirió, y Jeroboán murió.
Cuando Asá oyó este mensaje del profeta Azarías hijo de Oded, se animó a eliminar los detestables ídolos que había en todo el territorio de Judá y Benjamín, y en las ciudades que había conquistado en los montes de Efraín. Además, restauró el altar del Señor que estaba frente al atrio del templo del Señor.
Colocó tropas en todas las ciudades fortificadas de Judá, y guarniciones en el territorio de Judá y en las ciudades de Efraín que su padre Asá había conquistado.
Por eso Jesús ya no andaba en público entre los judíos. Se retiró más bien a una región cercana al desierto, a un pueblo llamado Efraín, donde se quedó con sus discípulos.
¡Que nadie se detenga! Perseguid a los enemigos y atacadlos por la retaguardia. No les permitáis llegar a sus ciudades. ¡El Señor, vuestro Dios, ya os los ha entregado!»
Se apoderaron de la ciudad, de su rey y de todas sus aldeas, y mataron a filo de espada a todos sus habitantes. Nadie quedó con vida; todo fue arrasado. A Debir le sucedió lo mismo que les había sucedido a Libná, a Hebrón y a sus respectivos reyes.
Josué conquistó todas las ciudades de aquellos reinos junto con sus reyes; a estos mató a filo de espada, destruyéndolos por completo. Así obedeció Josué todo lo que Moisés, siervo del Señor, le había mandado.
De aquella cumbre, la frontera se dirigía hacia el manantial de Neftóaj, seguía por las ciudades del monte Efrón y descendía hacia Balá, también llamada Quiriat Yearín.
Cuando los israelitas que vivían al otro lado del valle y del Jordán vieron que el ejército de Israel había huido, y que Saúl y sus hijos habían muerto, también ellos abandonaron sus ciudades y se dieron a la fuga. Así fue como los filisteos las ocuparon.