Ezequías puso su confianza en el Señor, Dios de Israel. No hubo otro como él entre todos los reyes de Judá, ni antes ni después.
2 Crónicas 13:18 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 En esa ocasión fueron humillados los israelitas, mientras que los de Judá salieron victoriosos porque confiaron en el Señor, Dios de sus antepasados. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Así fueron humillados los hijos de Israel en aquel tiempo, y los hijos de Judá prevalecieron, porque se apoyaban en Jehová el Dios de sus padres. Biblia Nueva Traducción Viviente Así que Judá venció a Israel en esa ocasión porque confió en el Señor, Dios de sus antepasados. Biblia Católica (Latinoamericana) Quedaron entonces humillados los hijos de Israel y prevalecieron los hijos de Judá por haberse apoyado en Yavé, el Dios de sus padres. La Biblia Textual 3a Edicion Así fueron humillados los hijos de Israel en aquel tiempo, mientras que los hijos de Judá prevalecieron porque se habían apoyado en YHVH, el Dios de sus padres. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Así fueron humillados los israelitas en aquella ocasión, mientras que los hijos de Judá prevalecieron, porque se habían apoyado en Yahveh, Dios de sus padres. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Así fueron humillados los hijos de Israel en aquel tiempo, y los hijos de Judá prevalecieron porque se apoyaron en Jehová, el Dios de sus padres. |
Ezequías puso su confianza en el Señor, Dios de Israel. No hubo otro como él entre todos los reyes de Judá, ni antes ni después.
Por cuanto confiaban en Dios, clamaron a él en medio del combate, y Dios los ayudó a derrotar a los agarenos y a sus aliados.
Abías y su ejército les ocasionaron una gran derrota, matando a quinientos mil soldados selectos de Israel.
Abías persiguió a Jeroboán y le arrebató las ciudades de Betel, Jesaná y Efraín, con sus respectivas aldeas.
Asá le salió al encuentro en el valle de Sefata, y tomó posiciones cerca de Maresá.
Allí Asá invocó al Señor su Dios y le dijo: «Señor, solo tú puedes ayudar al débil y al poderoso. ¡Ayúdanos, Señor y Dios nuestro, porque en ti confiamos, y en tu nombre hemos venido contra esta multitud! ¡Tú, Señor, eres nuestro Dios! ¡No permitas que ningún mortal se alce contra ti!»
Al día siguiente, madrugaron y fueron al desierto de Tecoa. Mientras avanzaban, Josafat se detuvo y dijo: «Habitantes de Judá y de Jerusalén, escuchadme: ¡Confiad en el Señor, y seréis librados! ¡Confiad en vuestros profetas, y tendréis éxito!»
Dichoso aquel cuya ayuda es el Dios de Jacob, cuya esperanza está en el Señor su Dios,
mi Dios, en ti confío; no permitas que sea yo humillado, no dejes que mis enemigos se burlen de mí.
Entonces exclamó Nabucodonosor: «¡Alabado sea el Dios de estos jóvenes, que envió a su ángel y los salvó! Ellos confiaron en él y, desafiando la orden real, optaron por la muerte antes que honrar o adorar a otro dios que no fuera el suyo.
Bueno es el Señor; es refugio en el día de la angustia, y protector de los que en él confían.
a fin de que nosotros, que ya hemos puesto nuestra esperanza en Cristo, seamos para alabanza de su gloria.