1 Timoteo 6:12 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Pelea la buena batalla de la fe; haz tuya la vida eterna, a la que fuiste llamado y por la cual hiciste aquella admirable declaración de fe delante de muchos testigos. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos. Biblia Nueva Traducción Viviente Pelea la buena batalla por la fe verdadera. Aférrate a la vida eterna a la que Dios te llamó y que declaraste tan bien delante de muchos testigos. Biblia Católica (Latinoamericana) Pelea el buen combate de la fe, conquista la vida eterna a la que has sido llamado y por la que hiciste tu hermosa declaración de fe en presencia de numerosos testigos. La Biblia Textual 3a Edicion Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual fuiste llamado, y delante de muchos testigos declaraste la buena confesión. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Combate el buen combate de la fe; conquista la vida eterna a la que has sido llamado y de la que has hecho tan bella confesión en presencia de muchos testigos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pelea la buena batalla de la fe; echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo eres llamado, habiendo hecho buena profesión delante de muchos testigos. |
Ella es árbol de vida para quienes la abrazan; ¡dichosos los que la retienen!
Apenas los he dejado, cuando encuentro al amor de mi vida. Lo abrazo y, sin soltarlo, lo llevo a la casa de mi madre, a la alcoba donde ella me concibió.
Uno dirá: ‘Pertenezco al Señor’; otro llevará el nombre de Jacob, y otro escribirá en su mano: ‘Yo soy del Señor’ y tomará para sí el nombre de Israel”.
Juntos serán como héroes que combaten sobre el lodo de las calles, que luchan contra jinetes y los derriban porque el Señor está con ellos.
con palabras de verdad y con el poder de Dios; con armas de justicia, tanto ofensivas como defensivas;
En efecto, al recibir esta demostración de servicio, ellos alabarán a Dios por la obediencia con que vosotros acompañáis la confesión del evangelio de Cristo, y por vuestra generosa solidaridad con ellos y con todos.
y le dirás al sacerdote que esté oficiando: “Hoy declaro, ante el Señor tu Dios, que he entrado en la tierra que él nos dio, tal como se lo juró a nuestros antepasados”.
pues sostenéis la misma lucha que antes me visteis sostener, y que ahora sabéis que sigo sosteniendo.
Que gobierne en vuestros corazones la paz de Cristo, a la cual fuisteis llamados en un solo cuerpo. Y sed agradecidos.
Os hemos animado, consolado y exhortado a llevar una vida digna de Dios, que os llama a su reino y a su gloria.
Para esto Dios os llamó por nuestro evangelio, a fin de que tengáis parte en la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
Timoteo, hijo mío, te doy este encargo porque tengo en cuenta las profecías que antes se hicieron acerca de ti. Deseo que, apoyado en ellas, pelees la buena batalla
y mantengas la fe y una buena conciencia. Por no hacerle caso a su conciencia, algunos han naufragado en la fe.
Ejercita el don que recibiste mediante profecía, cuando los ancianos te impusieron las manos.
Teniendo a Dios por testigo, el cual da vida a todas las cosas, y a Cristo Jesús, que dio su admirable testimonio delante de Poncio Pilato, te encargo
De este modo atesorarán para sí un seguro caudal para el futuro y obtendrán la vida verdadera.
Pues Dios nos salvó y nos llamó a una vida santa, no por nuestras propias obras, sino por su propia determinación y gracia. Nos concedió este favor en Cristo Jesús antes del comienzo del tiempo;
Lo que me has oído decir en presencia de muchos testigos, encomiéndalo a creyentes dignos de confianza, que a su vez estén capacitados para enseñar a otros.
He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, me he mantenido en la fe.
Quiero que sepáis que nuestro hermano Timoteo ha sido puesto en libertad. Si llega pronto, iré con él a veros.
Hemos llegado a tener parte con Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin la confianza que tuvimos al principio.
Lo hizo así para que, mediante la promesa y el juramento, que son dos realidades inmutables en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un estímulo poderoso los que, buscando refugio, nos aferramos a la esperanza que está delante de nosotros.
No devolváis mal por mal ni insulto por insulto; más bien, bendecid, porque para esto fuisteis llamados, para heredar una bendición.
Y, después de que hayáis sufrido un poco de tiempo, Dios mismo, el Dios de toda gracia que os llamó a su gloria eterna en Cristo, os restaurará y os hará fuertes, firmes y estables.
Queridos hermanos, he deseado intensamente escribiros acerca de la salvación que tenemos en común, y ahora siento la necesidad de hacerlo para rogaros que sigáis luchando vigorosamente por la fe encomendada una vez por todas a los santos.
Así que recuerda lo que has recibido y oído; obedécelo y arrepiéntete. Si no te mantienes despierto, cuando menos lo esperes caeré sobre ti como un ladrón.
Lo hizo solamente para que los descendientes de los israelitas, que no habían tenido experiencia en el campo de batalla, aprendieran a combatir.