y durante ciento ochenta días les mostró la enorme riqueza de su reino y la esplendorosa gloria de su majestad.
1 Tesalonicenses 2:6 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Tampoco hemos buscado honores de nadie; ni de vosotros ni de otros. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 ni buscamos gloria de los hombres; ni de vosotros, ni de otros, aunque podíamos seros carga como apóstoles de Cristo. Biblia Nueva Traducción Viviente En cuanto a elogios humanos, nunca los hemos buscado ni de ustedes ni de nadie. Biblia Católica (Latinoamericana) Tampoco buscamos que la gente nos rindiera honores, fueran ustedes u otros, La Biblia Textual 3a Edicion ni buscamos gloria de hombres; ni de vosotros ni de otros, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Jamás buscamos la gloria humana: ni la vuestra ni la de los demás. Biblia Reina Valera Gómez (2023) ni buscamos gloria de los hombres, ni de vosotros, ni de otros, aunque podíamos seros carga como apóstoles de Cristo. |
y durante ciento ochenta días les mostró la enorme riqueza de su reino y la esplendorosa gloria de su majestad.
e hizo alarde de su enorme riqueza y de sus muchos hijos, y de cómo el rey lo había honrado en todo sentido ascendiéndolo sobre los funcionarios y demás servidores del rey.
exclamó: «¡Mirad la gran Babilonia que he construido como capital del reino! ¡La he construido con mi gran poder, para mi propia honra!»
¿Cómo va a ser posible que creáis vosotros si buscáis la gloria los unos de los otros, pero no buscáis la gloria que viene del Dios único?
El que habla por cuenta propia busca su vanagloria; en cambio, el que busca glorificar al que lo envió es una persona íntegra y sin doblez.
ni tampoco fue creado el hombre a causa de la mujer, sino la mujer a causa del hombre.
Por eso os escribo todo esto en mi ausencia, para que cuando vaya no tenga que ser severo en el uso de mi autoridad, la cual el Señor me ha dado para edificación y no para destrucción.
No nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor; nosotros no somos más que servidores vuestros por causa de Jesús.
¿Qué busco con esto: ganarme la aprobación humana o la de Dios? ¿Pensáis que procuro agradar a los demás? Si yo buscara agradar a otros, no sería siervo de Cristo.
No dejemos que la vanidad nos lleve a irritarnos y a envidiarnos unos a otros.
Ni siquiera esos que están circuncidados obedecen la ley; lo que pasa es que os quieren obligar a circuncidaros para luego jactarse de la señal que llevaríais en el cuerpo.
Recordaréis, hermanos, nuestros esfuerzos y fatigas para proclamaros el evangelio de Dios, y cómo trabajamos día y noche para no seros una carga.
Los ancianos que dirigen bien los asuntos de la iglesia son dignos de doble honor, especialmente los que dedican sus esfuerzos a la predicación y a la enseñanza.