Si él os impuso un yugo pesado, ¡yo os aumentaré la carga! Y, si él os castigaba con una vara, ¡yo lo haré con un látigo!”
1 Samuel 8:18 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Cuando llegue aquel día, clamaréis por causa del rey que hayáis escogido, pero el Señor no os responderá. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y clamaréis aquel día a causa de vuestro rey que os habréis elegido, mas Jehová no os responderá en aquel día. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando llegue ese día, suplicarán ser aliviados de este rey que ahora piden, pero entonces el Señor no los ayudará. Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces se lamentarán a causa del rey que se eligieron, pero ese día Yavé no les responderá'. La Biblia Textual 3a Edicion Y en aquel día clamaréis a causa de vuestro rey a quien os escogisteis, pero YHVH no os responderá en aquel día. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entonces clamaréis contra el rey que os habéis elegido, pero Yahveh no os responderá'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y clamaréis aquel día a causa de vuestro rey que os habréis elegido, mas Jehová no os oirá en aquel día. |
Si él os impuso un yugo pesado, ¡yo os aumentaré la carga! Y, si él os castigaba con una vara, ¡yo lo haré con un látigo!”
¿Qué esperanza tienen los impíos cuando son eliminados, cuando Dios les quita la vida?
Pedían ayuda; no hubo quien los salvara. Al Señor clamaron, pero no les respondió.
Quien cierra sus oídos al clamor del pobre llorará también sin que nadie le responda.
Cuando levantáis vuestras manos, yo aparto de vosotros mis ojos; aunque multipliquéis vuestras oraciones, no las escucharé, pues tenéis las manos llenas de sangre.
La mano del Señor no se queda corta para salvar, ni es sordo su oído para oír.
Vosotros os enfureceréis cuando, angustiados y hambrientos, vaguéis por la tierra. Levantando los ojos al cielo, maldeciréis a vuestro rey y a vuestro Dios,
Por eso, voy a actuar con furor. No tendré piedad ni compasión de ellos. Por más que me imploren a gritos, ¡no los escucharé!»
Entonces le pedirán auxilio al Señor, pero él no les responderá; esconderá de ellos su rostro porque hicieron lo malo.
Tan pronto como el dueño de la casa se haya levantado a cerrar la puerta, desde afuera os pondréis a golpear la puerta, diciendo: “Señor, ábrenos”. Pero él os contestará: “No sé quiénes sois”.
Os exigirá una décima parte de vuestros rebaños, y vosotros mismos le serviréis como esclavos.