Después tomaron el cuerpo de Absalón, lo tiraron en un hoyo grande que había en el bosque, y sobre su cadáver amontonaron muchísimas piedras. Mientras tanto, todos los israelitas huyeron a sus hogares.
1 Samuel 4:10 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Entonces los filisteos se lanzaron al ataque y derrotaron a los israelitas, los cuales huyeron en desbandada. La matanza fue terrible, pues de los israelitas cayeron treinta mil soldados de infantería. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Pelearon, pues, los filisteos, e Israel fue vencido, y huyeron cada cual a sus tiendas; y fue hecha muy grande mortandad, pues cayeron de Israel treinta mil hombres de a pie. Biblia Nueva Traducción Viviente Así que los filisteos pelearon con desesperación, y de nuevo derrotaron a Israel. La matanza fue grande; ese día murieron treinta mil soldados israelitas. Los sobrevivientes dieron la vuelta y huyeron, cado uno a su carpa. Biblia Católica (Latinoamericana) Los filisteos presentaron batalla; los israelitas fueron derrotados y cada cual huyó para su casa. Fue un gran desastre: treinta mil combatientes cayeron de entre las filas de Israel. La Biblia Textual 3a Edicion Y combatieron los filisteos, e Israel fue derrotado, y cada hombre huyó a su tienda, y hubo una gran matanza, por cuanto cayeron de Israel treinta mil hombres de a pie. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Trabaron batalla los filisteos, los israelitas fueron derrotados y emprendieron la huida, cada uno a su tienda. La derrota fue muy grande: cayeron de Israel treinta mil soldados de a pie. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pelearon, pues, los filisteos, e Israel fue vencido; y huyeron cada cual a su tienda y fue hecha muy grande mortandad, pues cayeron de Israel treinta mil hombres de a pie. |
Después tomaron el cuerpo de Absalón, lo tiraron en un hoyo grande que había en el bosque, y sobre su cadáver amontonaron muchísimas piedras. Mientras tanto, todos los israelitas huyeron a sus hogares.
La lucha fue intensa aquel día: hubo veinte mil bajas. Sin embargo, los soldados de David derrotaron allí al ejército de Israel.
Ante esto, el rey se levantó y fue a sentarse junto a la puerta de la ciudad. Cuando los soldados lo supieron, fueron todos a presentarse ante él. Los israelitas, mientras tanto, habían huido a sus hogares,
Por allí se encontraba un malvado que se llamaba Sabá hijo de Bicrí, que era benjaminita. Dando un toque de trompeta, se puso a gritar: «¡Pueblo de Israel, todos a vuestras casas, pues no tenemos parte con David, ni herencia con el hijo de Isaí!»
Cuando se dieron cuenta de que el rey no iba a hacerles caso, todos los israelitas exclamaron a una: «¡Pueblo de Israel, todos a vuestras casas! ¡Y tú, David, ocúpate de los tuyos! ¿Qué parte tenemos con David? ¿Qué herencia tenemos con el hijo de Isaí?» Así que se fueron, cada uno a su casa.
Ya se ponía el sol cuando por todo el ejército se difundió un clamor: «Cada hombre a su ciudad; ¡todo el mundo a su tierra!»
Abías y su ejército les ocasionaron una gran derrota, matando a quinientos mil soldados selectos de Israel.
La tribu de Efraín, con sus diestros arqueros, se puso en fuga el día de la batalla.
»”Id ahora a mi santuario en Siló, donde al principio hice habitar mi nombre, y ved lo que hice con él por culpa de la maldad de mi pueblo Israel.
Yo os negaré mi favor, y vuestros adversarios os derrotarán. Vuestros enemigos os dominarán, y vosotros huiréis sin que nadie os persiga.
»Pero debes saber que, si no obedeces al Señor tu Dios ni cumples fielmente todos sus mandamientos y preceptos que hoy te ordeno, vendrán sobre ti y te alcanzarán todas estas maldiciones:
»El Señor hará que te derroten tus enemigos. Avanzarás contra ellos en perfecta formación, pero huirás en desbandada. ¡Todos los reinos de la tierra te humillarán!
―Mira —le dijo el Señor—, voy a hacer en Israel algo que a todo el que lo oiga le quedará retumbando en los oídos.
desplegaron sus tropas para atacar a los israelitas. Se entabló la batalla, y los filisteos derrotaron a los israelitas, matando en el campo a unos cuatro mil de ellos.