Aun si el padre se niega a entregársela, el seductor deberá pagar el precio establecido para las vírgenes.
1 Samuel 28:3 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Ya Samuel había muerto. Todo Israel había hecho duelo por él, y lo habían enterrado en Ramá, que era su propio pueblo. Saúl, por su parte, había expulsado del país a los adivinos y a los hechiceros. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Ya Samuel había muerto, y todo Israel lo había lamentado, y le habían sepultado en Ramá, su ciudad. Y Saúl había arrojado de la tierra a los encantadores y adivinos. Biblia Nueva Traducción Viviente Durante ese tiempo, Samuel había muerto y todo Israel había hecho duelo por él. Fue enterrado en Ramá, su ciudad natal. Saúl había expulsado del territorio de Israel a todos los médiums y a todos los que consultaban los espíritus de los muertos. Biblia Católica (Latinoamericana) Samuel había muerto, todo Israel lo había llorado y lo habían enterrado en su ciudad, Ramá. La Biblia Textual 3a Edicion (Samuel había muerto, y todos los de Israel habían estado en duelo por él, y lo habían sepultado en Ramá, su ciudad; y Saúl había expulsado de aquella tierra a los encantadores y adivinos.) Biblia Serafín de Ausejo 1975 Samuel había muerto, y todo Israel había hecho duelo por él. Fue sepultado en Ramá, su ciudad. Saúl, por su parte, había extirpado del país a los nigromantes y adivinos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Ya Samuel había muerto, y todo Israel lo había lamentado, y lo habían sepultado en Ramá, en su ciudad. Y Saúl había echado de la tierra a los encantadores y adivinos. |
Aun si el padre se niega a entregársela, el seductor deberá pagar el precio establecido para las vírgenes.
»No acudáis a la nigromancia, ni busquéis a los espiritistas, porque os haréis impuros por causa de ellos. Yo soy el Señor vuestro Dios.
»Cualquiera de vosotros, hombre o mujer, que sea nigromante o espiritista será condenado a muerte. Morirá apedreado, y será responsable de su propia muerte».
»También me pondré en contra de quien acuda a la nigromancia y a los espiritistas, y por seguirlos se prostituya. Lo eliminaré de su pueblo.
La rebeldía es tan grave como la adivinación, y la arrogancia, como el pecado de la idolatría. Y, como tú has rechazado la palabra del Señor, él te ha rechazado como rey».
Samuel murió, y fue enterrado en Ramá, donde había vivido. Todo Israel se reunió para hacer duelo por él. Después de eso David bajó al desierto de Maón.
―¿Acaso no sabes tú lo que ha hecho Saúl? —respondió la mujer—. ¡Ha expulsado del país a los adivinos y a los hechiceros! ¿Por qué vienes tú a tenderme una trampa y exponerme a la muerte?
Luego regresaba a Ramá, donde residía, y desde allí gobernaba a Israel. También allí erigió un altar al Señor.