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1 Samuel 24:6 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

y les dijo a sus hombres: ―¡Que el Señor me libre de hacerle al rey lo que vosotros sugerís! No puedo alzar la mano contra él, porque es el ungido del Señor.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Y dijo a sus hombres: Jehová me guarde de hacer tal cosa contra mi señor, el ungido de Jehová, que yo extienda mi mano contra él; porque es el ungido de Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

y les dijo a sus hombres: «Que el Señor me libre de hacerle tal cosa a mi señor el rey. No debo atacar al ungido del Señor, porque el Señor mismo lo ha elegido».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

pero después de eso le saltaba el corazón por haber cortado un trozo del manto de Saúl. Saúl se paró, salió de la caverna y siguió su camino.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y dijo a sus hombres: ¡Líbreme YHVH de hacer tal cosa contra mi señor, el ungido de YHVH, que yo extienda mi mano contra él, pues es el ungido de YHVH!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Pero después se le aceleró el pulso del corazón a David por haber cortado la orla del manto de Saúl.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y dijo a sus hombres: Guárdeme Jehová de hacer tal cosa contra mi señor, el ungido de Jehová, que yo extienda mi mano contra él; porque es el ungido de Jehová.

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Lòt tradiksyon



1 Samuel 24:6
11 Referans Kwoze  

―¿Y cómo te atreviste a alzar la mano para matar al ungido del Señor? —le dijo David.


Entonces le remordió a David la conciencia por haber realizado este censo militar, y le dijo al Señor: «He cometido un pecado muy grande. He actuado como un necio. Yo te ruego, Señor, que perdones la maldad de tu siervo».


Pero Nabot le respondió: ―¡El Señor me libre de venderte lo que heredé de mis antepasados!


Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos y orad por quienes os persiguen,


Bendecid a quienes os persigan; bendecid y no maldigáis.


Aseguraos de que nadie pague mal por mal; más bien, esforzaos siempre por hacer el bien, no solo entre vosotros, sino a todos.


Aquí me tenéis. Podéis acusarme en la presencia del Señor y de su ungido. ¿A quién le he robado un buey o un asno? ¿A quién he defraudado? ¿A quién he oprimido? ¿Por quién me he dejado sobornar? Acusadme, y pagaré lo que corresponda.


De este modo David contuvo a sus hombres, y no les permitió que atacaran a Saúl. Pero una vez que este salió de la cueva para proseguir su camino,