―No temas, pues en memoria de tu padre Jonatán he decidido beneficiarte. Voy a devolverte todas las tierras que pertenecían a tu abuelo Saúl, y de ahora en adelante te sentarás a mi mesa.
1 Samuel 22:23 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Pero no tengas miedo. Quédate conmigo, que aquí estarás a salvo. Quien quiera matarte tendrá que matarme a mí. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Quédate conmigo, no temas; quien buscare mi vida, buscará también la tuya; pues conmigo estarás a salvo. Biblia Nueva Traducción Viviente Quédate aquí conmigo, no tengas miedo; te protegeré con mi propia vida, porque la misma persona quiere matarnos a los dos. Biblia Católica (Latinoamericana) Quédate conmigo y no temas, el que atente contra tu vida atentará contra la mía; a mi lado estarás seguro'. La Biblia Textual 3a Edicion Quédate conmigo. No temas, porque quien busca mi vida busca tu vida, pero conmigo estarás seguro. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Quédate conmigo y nada temas; pues el que atenta contra mi vida atenta contra la tuya. Tú estarás bien guardado a mi lado'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Quédate conmigo, no temas: quien buscare mi vida, buscará también la tuya; pues conmigo estarás seguro. |
―No temas, pues en memoria de tu padre Jonatán he decidido beneficiarte. Voy a devolverte todas las tierras que pertenecían a tu abuelo Saúl, y de ahora en adelante te sentarás a mi mesa.
Adonías se confabuló con Joab hijo de Sarvia y con el sacerdote Abiatar, y estos le dieron su apoyo.
Al sacerdote Abiatar, el rey mismo le ordenó: «Regresa a tus tierras en Anatot. Mereces la muerte, pero por el momento no voy a quitarte la vida, pues compartiste con David mi padre todas sus penurias, y en su presencia llevaste el arca del Señor omnipotente».
»Entonces os entregarán para que os persigan y os maten, y os odiarán todas las naciones por causa de mi nombre.
Recordad lo que os dije: “Ningún siervo es más que su amo”. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán. Si han obedecido mis enseñanzas, también obedecerán las vuestras.
Mientras estaba con ellos, los protegía y los preservaba mediante el nombre que me diste, y ninguno se perdió sino aquel que nació para perderse, a fin de que se cumpliera la Escritura.
Esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho: «De los que me diste ninguno se perdió».
«No tengas miedo —le dijo—, que mi padre no podrá atraparte. Tú vas a ser el rey de Israel, y yo seré tu segundo. Esto, hasta mi padre lo sabe».