Aunque al necio lo muelas y lo remuelas, y lo machaques como al grano, no le quitarás la necedad.
1 Samuel 19:21 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Al oír la noticia, Saúl envió otro grupo, pero ellos también cayeron en trance. Luego mandó un tercer grupo, y les pasó lo mismo. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Cuando lo supo Saúl, envió otros mensajeros, los cuales también profetizaron. Y Saúl volvió a enviar mensajeros por tercera vez, y ellos también profetizaron. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando Saúl se enteró de lo que había pasado, envió a otras tropas, ¡pero ellos también profetizaron! Lo mismo sucedió por tercera vez. Biblia Católica (Latinoamericana) Se lo comunicaron a Saúl, quien mandó a otros mensajeros, los que también profetizaron. Por tercera vez Saúl mandó mensajeros y éstos también se pusieron a profetizar. La Biblia Textual 3a Edicion E informaron a Saúl, y envió otros emisarios, y también ellos profetizaron. Volvió Saúl a enviar emisarios por tercera vez, y también éstos profetizaron. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Avisáronlo a Saúl y envió nuevos emisarios, pero también éstos se sintieron arrebatados del mismo entusiasmo. Saúl volvió a enviar emisarios por tercera vez, que también sintieron idéntico entusiasmo profético. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y cuando fue dicho a Saúl, él envió otros mensajeros, los cuales también profetizaron. Y Saúl volvió a enviar mensajeros por tercera vez, y ellos también profetizaron. |
Aunque al necio lo muelas y lo remuelas, y lo machaques como al grano, no le quitarás la necedad.
¿Puede el etíope cambiar de piel, o el leopardo quitarse sus manchas? ¡Pues tampoco podéis vosotros hacer el bien, acostumbrados como estáis a hacer el mal!
»Después de esto, derramaré mi Espíritu sobre todo ser humano. Vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, tendrán sueños los ancianos y visiones los jóvenes.
mandó a sus hombres para que lo apresaran. Pero se encontraron con un grupo de profetas, dirigidos por Samuel, que estaban profetizando. Entonces el Espíritu de Dios vino con poder sobre los hombres de Saúl, y también ellos cayeron en trance profético.
Por fin, Saúl en persona fue a Ramá y llegó al gran pozo que está en Secú. ―¿Dónde están Samuel y David? —preguntó. ―En Nayot de Ramá —alguien le respondió.