¡Ánimo! ¡Luchemos con valor por nuestro pueblo y por las ciudades de nuestro Dios! Y que el Señor haga lo que bien le parezca».
1 Samuel 17:37 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 El Señor, que me libró de las garras del león y del oso, también me librará del poder de ese filisteo. ―Anda, pues —dijo Saúl—, y que el Señor te acompañe. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Añadió David: Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo. Y dijo Saúl a David: Ve, y Jehová esté contigo. Biblia Nueva Traducción Viviente ¡El mismo Señor que me rescató de las garras del león y del oso me rescatará de este filisteo! Así que Saúl por fin accedió: —Está bien, adelante. ¡Y que el Señor esté contigo! Biblia Católica (Latinoamericana) David dijo además: 'De la misma manera que Yavé me ha librado de las garras del león y de las zarpas del oso, así también me librará de las manos de ese filisteo'. Entonces Saúl dijo a David: 'Anda y que Yavé esté contigo'. La Biblia Textual 3a Edicion Y añadió David: YHVH, quien me ha librado de la garra del león y de la garra del oso, Él también me librará de la mano de este filisteo. Entonces Saúl dijo a David: Ve, y YHVH sea contigo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y añadió David: 'Yahveh, que me ha librado de las garras del león y del oso, me librará de las manos de ese filisteo'. Dijo entonces Saúl a David: 'Vete, y que Yahveh sea contigo'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y añadió David: Jehová que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, Él también me librará de la mano de este filisteo. Y dijo Saúl a David: Ve, y Jehová sea contigo. |
¡Ánimo! ¡Luchemos con valor por nuestro pueblo y por las ciudades de nuestro Dios! Y que el Señor haga lo que bien le parezca».
»Ahora, hijo mío, que el Señor tu Dios te ayude a construir su templo, tal como te ha prometido.
en oro, plata, bronce y hierro. Así que, ¡pon manos a la obra, y que el Señor te acompañe!»
En el Señor hallo refugio. ¿Cómo, pues, os atrevéis a decirme: «Huye al monte, como las aves»?
El Señor está conmigo, y no tengo miedo; ¿qué me puede hacer un simple mortal?
Cuando te llamé, me respondiste; me infundiste ánimo y renovaste mis fuerzas.
Prefiero recordar las hazañas del Señor, traer a la memoria sus milagros de antaño.
Si se nos arroja al horno en llamas, el Dios al que servimos puede librarnos del horno y de tus manos.
Te obedeceremos en todo, tal como hicimos con Moisés. Lo único que pedimos es que el Señor esté contigo como estuvo con Moisés.
En eso llegó Booz desde Belén y saludó a los segadores: ―¡Que el Señor esté con vosotros! ―¡Que el Señor te bendiga! —respondieron ellos.
Si este tu siervo ha matado leones y osos, lo mismo puede hacer con ese filisteo pagano, porque está desafiando al ejército del Dios viviente.
Luego Saúl vistió a David con su uniforme de campaña. Le entregó también un casco de bronce y le puso una coraza.
Pero, si mi padre intenta hacerte daño, y yo no te aviso para que puedas escapar, ¡que el Señor me castigue sin piedad, y que esté contigo como estuvo con mi padre!
¿Quién encuentra a su enemigo y le perdona la vida? ¡Que el Señor te recompense por lo bien que me has tratado hoy!
―¡Bendito seas, David, hijo mío! —respondió Saúl—. Tú harás grandes cosas, y en todo triunfarás. Luego David siguió su camino, y Saúl regresó a su palacio.
Después Samuel tomó una piedra, la colocó entre Mizpa y Sen, y la llamó Ebenezer, «El Señor no ha dejado de ayudarnos».