Ni siquiera me dejaste besar a mis hijas y a mis nietos. ¡Te has comportado como un necio!
1 Samuel 13:13 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 ―¡Te has portado como un necio! —le replicó Samuel—. No has cumplido el mandato que te dio el Señor tu Dios. El Señor habría establecido tu reino sobre Israel para siempre, Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que él te había ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre. Biblia Nueva Traducción Viviente —¡Qué tontería! —exclamó Samuel—. No obedeciste al mandato que te dio el Señor tu Dios. Si lo hubieras obedecido, el Señor habría establecido tu reinado sobre Israel para siempre. Biblia Católica (Latinoamericana) Samuel le dijo: 'Te has portado como un tonto: no cumpliste la orden que te había dado Yavé tu Dios cuando te dijo que te haría rey de Israel para siempre. La Biblia Textual 3a Edicion Y Samuel dijo a Saúl: ¡Has actuado neciamente! No has guardado el mandamiento que YHVH tu Dios te ordenó, pues ahora YHVH hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Replicó Samuel a Saúl: 'Te has comportado como un necio. No has observado el mandato que Yahveh, tu Dios, te impuso. Yahveh estaba dispuesto a confirmar tu realeza sobre Israel para siempre. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios, que Él te había ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre. |
Ni siquiera me dejaste besar a mis hijas y a mis nietos. ¡Te has comportado como un necio!
Entonces le remordió a David la conciencia por haber realizado este censo militar, y le dijo al Señor: «He cometido un pecado muy grande. He actuado como un necio. Yo te ruego, Señor, que perdones la maldad de tu siervo».
―No soy yo quien le está creando problemas a Israel —respondió Elías—. Quienes se los crean sois tú y tu familia, porque habéis abandonado los mandamientos del Señor y os habéis ido tras los baales.
Acab le respondió a Elías: ―¡Mi enemigo! ¿Así que me has encontrado? ―Sí —contestó Elías—, te he encontrado porque te has vendido para hacer lo que ofende al Señor,
Saúl murió por haberse rebelado contra el Señor, pues, en vez de consultarlo, desobedeció su palabra y buscó el consejo de una adivina. Por eso el Señor le quitó la vida y entregó el reino a David hijo de Isaí.
El Señor recorre con su mirada toda la tierra, y está listo para ayudar a quienes le son fieles. Pero de ahora en adelante tendrás guerras, pues actuaste como un necio».
el vidente Jehú hijo de Jananí fue a visitarlo y le dijo: «¿Cómo te atreviste a ayudar a los malvados, haciendo alianza con los enemigos del Señor? Por haber hecho eso, la ira del Señor ha caído sobre ti.
Al hombre se le alaba según su sabiduría, pero al de mal corazón se le desprecia.
La necedad del hombre le hace perder el rumbo, y para colmo su corazón se irrita contra el Señor.
Pero, si esa nación hace lo malo ante mis ojos y no me obedece, me arrepentiré del bien que había pensado hacerles.
Ana no lo acompañó. ―No iré hasta que el niño sea destetado —le explicó a su esposo—. Entonces lo llevaré para dedicarlo al Señor, y allí se quedará el resto de su vida.
pensé: “Los filisteos ya están a punto de atacarme en Guilgal, y ni siquiera he implorado la ayuda del Señor”. Por eso me atreví a ofrecer el holocausto.
«Me arrepiento de haber hecho rey a Saúl, pues se ha apartado de mí y no ha llevado a cabo mis instrucciones». Tanto se alteró Samuel que pasó la noche clamando al Señor.
Samuel respondió: «¿Qué le agrada más al Señor: que se le ofrezcan holocaustos y sacrificios, o que se obedezca lo que él dice? El obedecer vale más que el sacrificio, y el prestar atención, más que la grasa de carneros.
Entonces Samuel le dijo: ―Hoy mismo el Señor ha arrancado de tus manos el reino de Israel, y se lo ha entregado a otro más digno que tú.
El Señor le dijo a Samuel: ―¿Cuánto tiempo vas a quedarte llorando por Saúl, si ya lo he rechazado como rey de Israel? Mejor llena de aceite tu cuerno, y ponte en camino. Voy a enviarte a Belén, a la casa de Isaí, pues he escogido como rey a uno de sus hijos.
―¡He pecado! —exclamó Saúl—. Regresa, David, hijo mío. Ya no voy a hacerte daño. Tú has valorado hoy mi vida; yo, en cambio, he sido un necio y me he portado muy mal.