Y los demás profetas vaticinaban lo mismo: «Ataca a Ramot de Galaad, y vencerás, porque el Señor la entregará en tus manos».
1 Reyes 22:11 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Sedequías hijo de Quenaná, que se había hecho unos cuernos de hierro, anunció: «Así dice el Señor: “Con estos cuernos atacarás a los sirios hasta aniquilarlos”». Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y Sedequías hijo de Quenaana se había hecho unos cuernos de hierro, y dijo: Así ha dicho Jehová: Con estos acornearás a los sirios hasta acabarlos. Biblia Nueva Traducción Viviente Uno de los profetas llamado Sedequías, hijo de Quenaana, hizo unos cuernos de hierro y proclamó: —Esto dice el Señor: ¡Con estos cuernos cornearás a los arameos hasta matarlos! Biblia Católica (Latinoamericana) Sedecías, hijo de Quenaana, se había hecho unos cuernos de fierro y decía: 'Esto dice Yavé: Te los doy para que acabes hasta con el último de los arameos'. La Biblia Textual 3a Edicion Y Sedequías ben Quenaana se había hecho unos cuernos de hierro, y decía: Así dice YHVH: ¡Con éstos embestirás a los sirios hasta acabar con ellos! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Sedecías, hijo de Quenaaná, se había hecho unos cuernos de hierro y exclamaba: 'Así habla Yahveh: con éstos acornearás a los arameos hasta aniquilarlos'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Sedequías, hijo de Quenaana, se había hecho unos cuernos de hierro, y dijo: Así dice Jehová: Con estos acornearás a los sirios hasta acabarlos. |
Y los demás profetas vaticinaban lo mismo: «Ataca a Ramot de Galaad, y vencerás, porque el Señor la entregará en tus manos».
Al oír esto, Sedequías hijo de Quenaná se levantó y le dio una bofetada a Micaías. ―¿Por dónde se fue el espíritu del Señor cuando salió de mí para hablarte? —le preguntó.
Así dice el Señor Todopoderoso: «No hagáis caso de lo que dicen los profetas, pues os dan falsas esperanzas; cuentan visiones que se han imaginado y que no proceden de la boca del Señor.
A los que me desprecian les aseguran que yo digo que gozarán de bienestar; a los que obedecen los dictados de su terco corazón les dicen que no les sobrevendrá ningún mal.
»He escuchado lo que dicen los profetas que profieren mentiras en mi nombre, los cuales dicen: “¡He tenido un sueño, he tenido un sueño!”
Yo estoy contra los profetas que sueltan la lengua y hablan por hablar —afirma el Señor—.
Así me dijo el Señor: «Hazte un yugo y unas correas, y póntelos sobre el cuello.
Así dice el Señor Todopoderoso, el Dios de Israel, acerca de Acab hijo de Colaías, y de Sedequías hijo de Maseías, que os profetizan una mentira en mi nombre: «Voy a entregarlos en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y él los matará ante vuestros propios ojos.
»Me quedé observando cómo el carnero atacaba hacia el oeste, hacia el norte y hacia el sur. Ningún animal podía hacerle frente, ni había tampoco quien pudiera librarse de su poder. El carnero hacía lo que quería, y cada vez cobraba más fuerza.
Sus gobernantes juzgan por soborno, sus sacerdotes instruyen por paga, y sus profetas predicen por dinero; para colmo, se apoyan en el Señor, diciendo: «¿No está el Señor entre nosotros? ¡No vendrá sobre nosotros ningún mal!»
Este vino a vernos y, tomando el cinturón de Pablo, se ató con él de pies y manos, y dijo: ―Así dice el Espíritu Santo: “De esta manera atarán los judíos de Jerusalén al dueño de este cinturón, y lo entregarán en manos de los gentiles”.
José es majestuoso como primogénito de toro; ¡poderoso como un búfalo! Con sus cuernos atacará a las naciones, hasta arrinconarlas en los confines del mundo. ¡Tales son los millares de Manasés, las decenas de millares de Efraín!»
Del mismo modo que Janes y Jambres se opusieron a Moisés, también esa gente se opone a la verdad. Son personas de mente depravada, reprobadas en la fe.