El rey de Israel mandó llamar a todos los ancianos del país y les dijo: ―¡Mirad cómo ese tipo nos quiere causar problemas! Cuando mandó que le entregara mis esposas y mis hijos, mi oro y mi plata, no se los negué.
1 Reyes 21:8 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 De inmediato escribió cartas en nombre de Acab, puso en ellas el sello del rey, y las envió a los ancianos y nobles que vivían en la ciudad de Nabot. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Entonces ella escribió cartas en nombre de Acab, y las selló con su anillo, y las envió a los ancianos y a los principales que moraban en la ciudad con Nabot. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces ella escribió cartas en nombre de Acab, las selló con el sello del rey y las envió a los ancianos y a los demás líderes de la ciudad donde vivía Nabot. Biblia Católica (Latinoamericana) Escribió en nombre del rey una carta y la selló con el timbre del rey, luego se la envió a los ancianos y a los jefes de la ciudad, vecinos de Nabot. La Biblia Textual 3a Edicion Ella entonces escribió cartas en nombre de Acab, las selló con su anillo, y las envió a los ancianos y a los principales que estaban en su ciudad, aquellos que habitaban con Nabot. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Escribió ella en seguida unas cartas en nombre de Ajab, las selló con el sello real y las envió a los ancianos y notables que había en la ciudad y vivían con Nabot. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces ella escribió cartas en nombre de Acab, y las selló con su anillo y las envió a los ancianos y a los principales que moraban en su ciudad con Nabot. |
El rey de Israel mandó llamar a todos los ancianos del país y les dijo: ―¡Mirad cómo ese tipo nos quiere causar problemas! Cuando mandó que le entregara mis esposas y mis hijos, mi oro y mi plata, no se los negué.
Un tiempo después sucedió lo siguiente: Nabot el jezrelita tenía un viñedo en Jezrel, el cual colindaba con el palacio de Acab, rey de Samaria.
En las cartas decía: «Decretad un día de ayuno, y dad a Nabot un lugar prominente en la asamblea del pueblo.
Dicho esto, Jehú mató a todos los que quedaban de la familia de Acab en Jezrel y a todos sus dignatarios, sus amigos íntimos y sus sacerdotes. No dejó a ninguno de ellos con vida.
Además, Senaquerib escribió una carta en la que insultaba al Señor, Dios de Israel, en estos términos: «Así como los dioses de otras naciones no han podido librarlas de mi mano, tampoco ese dios de Ezequías podrá librar de mi mano a su pueblo».
Al rey Artajerjes, de parte de tus siervos que habitan al oeste del río Éufrates:
La quinta vez Sambalat me envió, por medio de uno de sus siervos, el mismo mensaje en una carta abierta,
El Señor le respondió a Moisés: ―Tráeme a setenta ancianos de Israel, y asegúrate de que sean ancianos y gobernantes del pueblo. Llévalos a la Tienda de reunión, y haz que esperen allí contigo.
Así que ellos fueron, cerraron el sepulcro con una piedra y lo sellaron; y dejaron puesta la guardia.
Los ancianos y todos los que estaban en la puerta respondieron: ―Somos testigos. »¡Que el Señor haga que la mujer que va a formar parte de tu hogar sea como Raquel y Lea, quienes juntas edificaron el pueblo de Israel! »¡Que seas un hombre ilustre en Efrata, y que adquieras renombre en Belén!
Entonces Booz llamó a diez de los ancianos de la ciudad, y les dijo: ―Sentaos aquí. Y ellos se sentaron.