Un tiempo después sucedió lo siguiente: Nabot el jezrelita tenía un viñedo en Jezrel, el cual colindaba con el palacio de Acab, rey de Samaria.
1 Reyes 21:16 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Cuando Acab se enteró de que Nabot había muerto, fue a tomar posesión del viñedo. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y oyendo Acab que Nabot era muerto, se levantó para descender a la viña de Nabot de Jezreel, para tomar posesión de ella. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces Acab bajó de inmediato al viñedo de Nabot para tomarlo en posesión. Biblia Católica (Latinoamericana) Cuando Ajab oyó que Nabot había muerto, se levantó, bajó a Jezrael y tomó posesión de la viña de Nabot. La Biblia Textual 3a Edicion Y sucedió que cuando Acab oyó que Nabot había muerto, se levantó Acab para bajar al viñedo de Nabot jezreelita y tomar posesión de él. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Apenas oyó Ajab que Nabot había muerto, se levantó y bajó a la viña de Nabot de Yizreel, para tomar posesión de ella. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y sucedió que cuando Acab oyó que Nabot había muerto, se levantó para descender a la viña de Nabot de Jezreel, para tomar posesión de ella. |
Un tiempo después sucedió lo siguiente: Nabot el jezrelita tenía un viñedo en Jezrel, el cual colindaba con el palacio de Acab, rey de Samaria.
Tan pronto como Jezabel se enteró de que Nabot había muerto a pedradas, le dijo a Acab: «¡Vamos! Toma posesión del viñedo que Nabot el jezrelita se negó a venderte. Ya no vive; está muerto».
Entonces la palabra del Señor vino a Elías el tisbita y le dio este mensaje:
Al llegar a la colina, Guiezi tomó los sacos y los guardó en la casa; después despidió a los hombres, y estos se fueron.
―¡Enganchad el carro! —exclamó Jorán. Así lo hicieron. Y en seguida Jorán, rey de Israel, y Ocozías, rey de Judá, cada uno en su carro, salieron y se encontraron con Jehú en la propiedad que había pertenecido a Nabot el jezrelita.
Solo el que procede con justicia y habla con rectitud, el que rechaza la ganancia de la extorsión y se sacude las manos para no aceptar soborno, el que no presta oído a las conjuras de asesinato y cierra los ojos para no contemplar el mal.
Saben bien que, según el justo decreto de Dios, quienes practican tales cosas merecen la muerte; sin embargo, no solo siguen practicándolas, sino que incluso aprueban a quienes las practican.
Han abandonado el camino recto, y se han extraviado para seguir la senda de Balán, hijo de Bosor, a quien le encantaba el salario de la injusticia.