Poned frente a él a dos sinvergüenzas y hacedles testificar que él ha maldecido tanto a Dios como al rey. Luego sacadlo y matadlo a pedradas».
1 Reyes 21:11 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Los ancianos y nobles que vivían en esa ciudad acataron lo que Jezabel había ordenado en sus cartas. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y los de su ciudad, los ancianos y los principales que moraban en su ciudad, hicieron como Jezabel les mandó, conforme a lo escrito en las cartas que ella les había enviado. Biblia Nueva Traducción Viviente Así que los ancianos y los demás líderes de la ciudad siguieron las instrucciones que Jezabel había escrito en las cartas. Biblia Católica (Latinoamericana) La gente de la ciudad, los ancianos y los jefes que vivían con Nabot, hicieron lo que Jezabel les ordenaba en la carta que les había enviado. La Biblia Textual 3a Edicion Y los hombres de la ciudad, es decir, los ancianos y los principales que vivían en su ciudad, hicieron tal como Jezabel les ordenó, conforme a lo escrito en las cartas que ella les había enviado. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Los hombres de la ciudad, los ancianos y nobles que residían en ella, hicieron lo que les había mandado Jezabel, conforme a lo que estaba escrito en las cartas que ella les había enviado. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y los de su ciudad, los ancianos y los principales que moraban en su ciudad, hicieron como Jezabel les mandó, conforme a lo escrito en las cartas que ella les había enviado. |
Poned frente a él a dos sinvergüenzas y hacedles testificar que él ha maldecido tanto a Dios como al rey. Luego sacadlo y matadlo a pedradas».
Decretaron un día de ayuno y le dieron a Nabot un lugar prominente en la asamblea.
Pero ellos conspiraron contra Zacarías hijo de Joyadá y, por orden del rey, lo mataron a pedradas en el atrio del templo del Señor. Así fue como el rey Joás no tomó en cuenta la bondad de Joyadá y mató a Zacarías, quien al morir dijo: «¡Que el Señor vea esto y te juzgue!»
Sin embargo, las parteras temían a Dios, así que no siguieron las órdenes del rey de Egipto, sino que dejaron con vida a los varones.
y, por haberse mostrado temerosas de Dios, les concedió tener muchos hijos.
Cuando un gobernante se deja llevar por mentiras, todos sus oficiales se corrompen.
Así se le vuelve la espalda al derecho, y se mantiene alejada la justicia; a la verdad se le hace tropezar en la plaza, y no damos lugar a la honradez.
Efraín está deprimido, aplastado por el juicio, empeñado en seguir a los ídolos.
»No perviertas la justicia, ni te muestres parcial en favor del pobre o del rico, sino juzga a todos con justicia.
Tú sigues fielmente los decretos de Omrí y todas las prácticas de la dinastía de Acab; te conduces según sus consejos. Por eso voy a entregarte a la destrucción, y a poner en ridículo a tus habitantes. ¡Tendrás que soportar el insulto de los pueblos!»
Entonces, advertidos en sueños de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.
Cuando Herodes se dio cuenta de que los sabios se habían burlado de él, se enfureció y mandó matar a todos los niños menores de dos años en Belén y en sus alrededores, de acuerdo con el tiempo que había averiguado de los sabios.
Pero Pedro y Juan replicaron: ―¿Es justo delante de Dios obedeceros a vosotros en vez de obedecerlo a él? ¡Juzgadlo vosotros mismos!
―¡Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres! —respondieron Pedro y los demás apóstoles—.
De inmediato el rey ordenó a los guardias que lo acompañaban: ―¡Matad a los sacerdotes del Señor, que ellos también se han puesto de parte de David! Sabían que estaba huyendo, y sin embargo no me lo dijeron. Pero los oficiales del rey no se atrevieron a levantar la mano en contra de los sacerdotes del Señor.