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1 Reyes 19:13 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Cuando Elías lo oyó, se cubrió el rostro con el manto y, saliendo, se puso a la entrada de la cueva. Entonces oyó una voz que le dijo: ―¿Qué haces aquí, Elías?

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Y cuando lo oyó Elías, cubrió su rostro con su manto, y salió, y se puso a la puerta de la cueva. Y he aquí vino a él una voz, diciendo: ¿Qué haces aquí, Elías?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Cuando Elías lo oyó, se cubrió la cara con su manto, salió y se paró a la entrada de la cueva. Entonces una voz le dijo: —¿Qué haces aquí, Elías?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Cuando Elías la oyó, se cubrió el rostro con el manto, salió y se mantuvo a la entrada de la caverna. Entonces se oyó una voz: '¿Elías, qué haces aquí?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y sucedió que al oírlo, Elías cubrió su rostro con su manto, y salió y estuvo de pie a la entrada de la cueva. Y he aquí, vino a él una voz, y le preguntó: ¿Qué haces aquí, Elías?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Al oírlo, Elías se cubrió el rostro con el manto, salió y se quedó de pie a la entrada de la cueva. Y una voz le dijo: '¿Qué haces aquí, Elías?'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y al oírla Elías, cubrió su rostro con su manto, y salió, y se paró a la puerta de la cueva. Y he aquí vino una voz a él, diciendo: ¿Qué haces aquí, Elías?

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Lòt tradiksyon



1 Reyes 19:13
11 Referans Kwoze  

y le preguntó: ―Agar, esclava de Saray, ¿de dónde vienes y a dónde vas? ―Estoy huyendo de mi dueña Saray —respondió ella.


Acab se fue a comer y beber, pero Elías subió a la cumbre del Carmelo, se inclinó hasta el suelo y puso el rostro entre las rodillas.


Allí pasó la noche en una cueva. Más tarde, la palabra del Señor vino a él. ―¿Qué haces aquí, Elías? —le preguntó.


Elías tomó su manto y, enrollándolo, golpeó el agua. El río se partió en dos, de modo que ambos lo cruzaron en seco.


Luego, retiraré la mano y podrás verme la espalda. Pero mi rostro no lo verás».


Por encima de él había serafines, cada uno de los cuales tenía seis alas: con dos de ellas se cubrían el rostro, con dos se cubrían los pies, y con dos volaban.


Entonces grité: «¡Ay de mí, que estoy perdido! Soy un hombre de labios impuros y vivo en medio de un pueblo de labios blasfemos, ¡y no obstante mis ojos han visto al Rey, al Señor Todopoderoso!»


Jonás salió y acampó al este de la ciudad. Allí hizo una enramada y se sentó bajo su sombra para ver qué iba a suceder con la ciudad.


Fueron apedreados, aserrados por la mitad, asesinados a filo de espada. Anduvieron fugitivos de aquí para allá, cubiertos de pieles de oveja y de cabra, pasando necesidades, afligidos y maltratados.