Cuando el sol se puso y cayó la noche, aparecieron una hornilla humeante y una antorcha encendida, las cuales pasaban entre los animales descuartizados.
1 Reyes 19:12 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Tras el terremoto vino un fuego, pero el Señor tampoco estaba en el fuego. Y después del fuego vino un suave murmullo. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y tras el terremoto un fuego; pero Jehová no estaba en el fuego. Y tras el fuego un silbo apacible y delicado. Biblia Nueva Traducción Viviente Pasado el terremoto hubo un incendio, pero el Señor no estaba en el incendio. Y después del incendio hubo un suave susurro. Biblia Católica (Latinoamericana) Después del terremoto, un fuego, pero Yavé no está en el fuego.
Después del fuego, se sintió el murmullo de una suave brisa. La Biblia Textual 3a Edicion Después del terremoto hubo un fuego, pero YHVH no estaba en el fuego. Y después del fuego hubo un susurro apacible y delicado. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Después del terremoto vino fuego; pero tampoco en el fuego estaba Yahveh. Y tras el fuego surgió un suave susurro de brisa. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y tras el terremoto un fuego; pero Jehová no estaba en el fuego. Y tras el fuego una voz suave y apacible. |
Cuando el sol se puso y cayó la noche, aparecieron una hornilla humeante y una antorcha encendida, las cuales pasaban entre los animales descuartizados.
En ese momento cayó el fuego del Señor y quemó el holocausto, la leña, las piedras y el suelo, y hasta lamió el agua de la zanja.
―Si soy hombre de Dios —replicó Elías—, ¡que caiga fuego del cielo y te consuma junto con tus cincuenta soldados! Al instante cayó fuego del cielo y consumió al oficial y a sus soldados.
Iban caminando y conversando cuando, de pronto, los separó un carro de fuego con caballos de fuego, y Elías subió al cielo en medio de un torbellino.
Una silueta se plantó frente a mis ojos, pero no pude ver quién era. Detuvo su marcha, y escuché una voz que susurraba:
Estando allí, el ángel del Señor se le apareció entre las llamas de una zarza ardiente. Moisés notó que la zarza estaba envuelta en llamas, pero que no se consumía,
pasando delante de él, proclamó: ―El Señor, el Señor, Dios clemente y compasivo, lento para la ira y grande en amor y fidelidad,
Así que el ángel me dijo: «Esta es la palabra del Señor para Zorobabel: »“No será por la fuerza ni por ningún poder, sino por mi Espíritu —dice el Señor Todopoderoso—.
De repente, vino del cielo un ruido como el de una violenta ráfaga de viento y llenó toda la casa donde estaban reunidos.
»El día que el Señor os habló en Horeb, en medio del fuego, no visteis ninguna figura. Por lo tanto, tened mucho cuidado
¿Qué pueblo ha oído a Dios hablarle en medio del fuego, como lo has oído tú, y ha vivido para contarlo?