Manasés murió y fue sepultado en su palacio, en el jardín de Uza. Y su hijo Amón le sucedió en el trono.
1 Crónicas 3:14 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Amón y Josías. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 del cual fue hijo Amón, cuyo hijo fue Josías. Biblia Nueva Traducción Viviente Amón y Josías. Biblia Católica (Latinoamericana) éste de Amón, éste de Josías. La Biblia Textual 3a Edicion del cual fue hijo Amón, cuyo hijo fue Josías. Biblia Serafín de Ausejo 1975 hijo suyo, Amón; hijo suyo, Josías. Biblia Reina Valera Gómez (2023) del cual fue hijo Amón, cuyo hijo fue Josías. |
Manasés murió y fue sepultado en su palacio, en el jardín de Uza. Y su hijo Amón le sucedió en el trono.
Amón tenía veintidós años cuando ascendió al trono, y reinó en Jerusalén dos años. Su madre era Mesulémet hija de Jaruz, oriunda de Jotba.
Amón fue sepultado en su sepulcro, en el jardín de Uza. Y su hijo Josías lo sucedió en el trono.
Los oficiales de Josías llevaron su cadáver en un carro desde Meguido hasta Jerusalén y lo sepultaron en su tumba. Entonces el pueblo tomó a Joacaz hijo de Josías, lo ungió y lo proclamó rey en lugar de su padre.
Luego hizo rey a Eliaquín hijo de Josías en lugar de su padre, y le dio el nombre de Joacim. En cuanto a Joacaz, lo llevó a Egipto, donde murió.
Los hijos de Josías fueron: Johanán, el primero; Joacim, el segundo; Sedequías, el tercero; y Salún, el cuarto.
Josías tenía ocho años cuando ascendió al trono, y reinó en Jerusalén treinta y un años.
Entonces el pueblo tomó a Joacaz hijo de Josías y lo proclamó rey en Jerusalén, en lugar de su padre.
Sedequías tenía veintiún años cuando ascendió al trono, y reinó en Jerusalén once años,
Joacim tenía veinticinco años cuando ascendió al trono, y reinó en Jerusalén once años, pero hizo lo que ofende al Señor su Dios.
Así dice el Señor acerca de Salún hijo de Josías, rey de Judá, que ascendió al trono después de su padre Josías y que salió de este lugar: «Nunca más volverá,
Por eso, así dice el Señor acerca de Joacim hijo de Josías, rey de Judá: «Nadie lamentará su muerte ni gritará: “¡Ay, mi hermano! ¡Ay, mi hermana!” Nadie lamentará su muerte ni gritará: “¡Ay, señor! ¡Ay, Majestad!”