Jardín cerrado eres tú, hermana y novia mía; ¡jardín cerrado, sellado manantial!
1 Corintios 9:5 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 ¿No tenemos derecho a viajar acompañados por una esposa creyente, como hacen los demás apóstoles y Cefas y los hermanos del Señor? Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 ¿No tenemos derecho de traer con nosotros una hermana por mujer como también los otros apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cefas? Biblia Nueva Traducción Viviente ¿No tenemos derecho a llevar con nosotros a una esposa creyente como lo hacen los demás apóstoles y los hermanos del Señor y como lo hace Pedro? Biblia Católica (Latinoamericana) ¿No tenemos derecho a que nos acompañe en nuestros viajes alguna mujer hermana, como hacen los demás apóstoles, y los hermanos del Señor, y el mismo Cefas? La Biblia Textual 3a Edicion ¿Acaso no tenemos derecho de llevar° con nosotros una hermana como esposa, como también los otros apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cefas? Biblia Serafín de Ausejo 1975 ¿Es que no tenemos derecho a llevar con nosotros a una hermana en la fe, a una mujer, como hacen los demás apóstoles, los hermanos del Señor y Cefas? Biblia Reina Valera Gómez (2023) ¿No tenemos derecho de traer con nosotros una hermana, una esposa, como también los otros apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cefas? |
Jardín cerrado eres tú, hermana y novia mía; ¡jardín cerrado, sellado manantial!
¿No es acaso el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María; y no son sus hermanos Jacobo, José, Simón y Judas?
Cuando Jesús entró en casa de Pedro, vio a la suegra de este en cama, con fiebre.
La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y en seguida se lo dijeron a Jesús.
¿No es acaso el carpintero, el hijo de María y hermano de Jacobo, de José, de Judas y de Simón? ¿No están sus hermanas aquí con nosotros? Y se escandalizaban a causa de él. Por tanto, Jesús les dijo:
Luego lo llevó a Jesús, quien, mirándolo fijamente, le dijo: ―Tú eres Simón, hijo de Juan. Serás llamado Cefas (es decir, Pedro).
Después de esto, Jesús bajó a Capernaún con su madre, sus hermanos y sus discípulos, y se quedaron allí unos días.
Todos, en un mismo espíritu, se dedicaban a la oración, junto con las mujeres y con los hermanos de Jesús y su madre María.
Os recomiendo a nuestra hermana Febe, diaconisa de la iglesia de Cencreas.
Me refiero a que unos dicen: «Yo sigo a Pablo»; otros afirman: «Yo, a Apolos»; otros: «Yo, a Cefas»; y otros: «Yo, a Cristo».
Sin embargo, si el cónyuge no creyente decide separarse, no se lo impidáis. En tales circunstancias, el cónyuge creyente queda sin obligación; Dios nos ha llamado a vivir en paz.
La mujer está ligada a su esposo mientras él vive; pero, si el esposo muere, ella queda libre para casarse con quien quiera, con tal de que sea en el Señor.
En realidad, preferiría que todos fuerais como yo. No obstante, cada uno tiene de Dios su propio don: este posee uno; aquel, otro.
A los solteros y a las viudas les digo que sería mejor que se quedaran como yo.
Así que el obispo debe ser intachable, esposo de una sola mujer, moderado, sensato, respetable, hospitalario, capaz de enseñar;
Prohíben el matrimonio y no permiten comer ciertos alimentos que Dios ha creado para que los creyentes, conocedores de la verdad, los coman con acción de gracias.
a las ancianas, como a madres; a las jóvenes, como a hermanas, con toda pureza.
El anciano debe ser intachable, esposo de una sola mujer; sus hijos deben ser creyentes, libres de sospecha de libertinaje o de desobediencia.
Tened todos en alta estima el matrimonio y la fidelidad conyugal, porque Dios juzgará a los adúlteros y a todos los que cometen inmoralidades sexuales.