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1 Corintios 9:12 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Si otros tienen derecho a este sustento de parte vuestra, ¿no lo tendremos aún más nosotros? Sin embargo, no ejercimos este derecho, sino que lo soportamos todo con tal de no crear obstáculo al evangelio de Cristo.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Si otros participan de este derecho sobre vosotros, ¿cuánto más nosotros? Pero no hemos usado de este derecho, sino que lo soportamos todo, por no poner ningún obstáculo al evangelio de Cristo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Si ustedes sostienen a otros que les predican, ¿no deberíamos tener nosotros aún mayor derecho a que nos sostengan? Pero nunca nos hemos valido de ese derecho. Preferiríamos soportar cualquier cosa antes que ser un obstáculo a la Buena Noticia acerca de Cristo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Si otros compartieron lo que ustedes tenían, con mayor razón lo podíamos hacer nosotros, pero no hicimos uso de este derecho y lo soportamos todo para no crear obstáculos al Evangelio de Cristo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Si otros participan de este derecho sobre vosotros,° ¿cuánto más nosotros? Pero no hacemos uso de este derecho, sino que lo soportamos todo, para no poner ningún obstáculo al evangelio del Mesías.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Si otros ejercen sobre vosotros este derecho, ¿con cuánta más razón nosotros? Sin embargo, no hemos usado de este derecho, sino que lo sobrellevamos todo para no poner tropiezo alguno al evangelio de Cristo.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Si otros participan de este derecho sobre vosotros, ¿por qué no nosotros? Pero no hemos usado de este derecho; antes todo lo sufrimos, por no poner ningún obstáculo al evangelio de Cristo.

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Lòt tradiksyon



1 Corintios 9:12
23 Referans Kwoze  

―No me detengáis —repuso el criado—. El Señor ha prosperado mi viaje, así que dejadme ir a la casa de mi amo.


y acordaron atacar Jerusalén y provocar disturbios en ella.


»¡Ay de vosotros, expertos en la ley!, porque os habéis adueñado de la llave del conocimiento. Vosotros mismos no habéis entrado, y a los que querían entrar les habéis cerrado el paso».


y, como hacía tiendas de campaña al igual que ellos, se quedó para trabajar juntos.


Este trabajo es lo que muchas veces me ha impedido ir a visitaros.


Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.


En realidad, ya es una falta grave el solo hecho de que haya pleitos entre vosotros. ¿No sería mejor soportar la injusticia? ¿No sería mejor dejar que os defrauden?


Así también el Señor ha ordenado que quienes predican el evangelio vivan de este ministerio.


Pero no me he aprovechado de ninguno de estos derechos, ni escribo de esta manera porque quiera reclamarlos. Prefiero morir a que alguien me prive de este motivo de orgullo.


Sin embargo, cuando predico el evangelio, no tengo de qué enorgullecerme, ya que estoy bajo la obligación de hacerlo. ¡Ay de mí si no predico el evangelio!


¿Cuál es, entonces, mi recompensa? Pues que al predicar el evangelio pueda presentarlo gratuitamente, sin hacer valer mi derecho.


Aunque otros no me reconozcan como apóstol, ¡para vosotros sí lo soy! Porque vosotros mismos sois el sello de mi apostolado en el Señor.


Pero seguiré haciendo lo que hago, a fin de quitar todo pretexto a aquellos que, buscando una oportunidad para hacerse iguales a nosotros, se jactan de lo que hacen.


Aguantáis incluso a cualquiera que os esclaviza, y os explota, y se aprovecha de vosotros, y se comporta con altanería, y os da bofetadas.


Ahora bien, cuando llegué a Troas para predicar el evangelio de Cristo, descubrí que el Señor me había abierto las puertas.


Por nuestra parte, a nadie damos motivo alguno de tropiezo, para que no se desacredite nuestro servicio.