Pues mi hermano, mi hermana y mi madre son los que hacen la voluntad de mi Padre que está en el cielo.
1 Corintios 7:15 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Sin embargo, si el cónyuge no creyente decide separarse, no se lo impidáis. En tales circunstancias, el cónyuge creyente queda sin obligación; Dios nos ha llamado a vivir en paz. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Pero si el incrédulo se separa, sepárese; pues no está el hermano o la hermana sujeto a servidumbre en semejante caso, sino que a paz nos llamó Dios. Biblia Nueva Traducción Viviente (En cambio, si el esposo o la esposa que no es creyente insiste en irse, dejen que se vaya. En esos casos, el cónyuge creyente ya no está ligado al otro, porque Dios los ha llamado a ustedes a vivir en paz). Biblia Católica (Latinoamericana) Si el esposo o la esposa no creyente se quiere separar, que se separe. En este caso el esposo o la esposa creyente no están esclavizados, pues el Señor nos ha llamado a vivir en paz. La Biblia Textual 3a Edicion Pero si el incrédulo insiste en separarse, que se separe, pues no está el hermano o la hermana sujeto a servidumbre en semejante caso, sino que a paz os° ha llamado Dios. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero si la parte pagana se separa, que se separe. En estos casos, ni el hermano ni la hermana están obligados, pues Dios os ha llamado a vivir en paz. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero si el no creyente se separa, sepárese. En tales casos el hermano o la hermana no están sujetos a servidumbre; antes a paz nos llamó Dios. |
Pues mi hermano, mi hermana y mi madre son los que hacen la voluntad de mi Padre que está en el cielo.
Resulta que un espíritu se posesiona de él, y de repente el muchacho se pone a gritar; también lo sacude con violencia y hace que eche espumarajos. Cuando lo atormenta, a duras penas lo suelta.
Por lo tanto, esforcémonos por promover todo lo que conduzca a la paz y a la mutua edificación.
porque Dios no es un Dios de desorden, sino de paz. Como es costumbre en las congregaciones de los creyentes,
En fin, hermanos, alegraos, buscad vuestra restauración, haced caso de mi exhortación, sed de un mismo sentir, vivid en paz. Y el Dios de amor y de paz estará con vosotros.
En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad,
Supongamos que un hermano o una hermana no tienen con qué vestirse y carecen del alimento diario,