El hombre, en cambio, muere y pierde su fuerza; exhala el último suspiro y deja de existir.
1 Corintios 15:43 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 lo que se siembra en oprobio resucita en gloria; lo que se siembra en debilidad resucita en poder; Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra en debilidad, resucitará en poder. Biblia Nueva Traducción Viviente Nuestros cuerpos son enterrados en deshonra, pero serán resucitados en gloria. Son enterrados en debilidad, pero serán resucitados en fuerza. Biblia Católica (Latinoamericana) Se siembra como cosa despreciable, y resucita para la gloria. Se siembra un cuerpo impotente, y resucita lleno de vigor. La Biblia Textual 3a Edicion se siembra en humillación, resucita en gloria;° se siembra en debilidad, resucita con poder; Biblia Serafín de Ausejo 1975 se siembra vileza, resucita en gloria; se siembra debilidad, resucita fortaleza; Biblia Reina Valera Gómez (2023) se siembra en deshonra, se levantará en gloria; se siembra en flaqueza, se levantará en poder; |
El hombre, en cambio, muere y pierde su fuerza; exhala el último suspiro y deja de existir.
»”Entonces se levantará Miguel, el gran príncipe protector de tu pueblo. Habrá un período de angustia, como no lo ha habido jamás desde que las naciones existen. Pero tu pueblo será liberado: todos los que están inscritos en el libro,
Entonces los justos brillarán en el reino de su Padre como el sol. El que tenga oídos, que oiga.
―No estoy poseído por ningún demonio —contestó Jesús—. Tan solo honro a mi Padre; pero vosotros me deshonráis a mí.
Con su poder, Dios resucitó al Señor, y nos resucitará también a nosotros.
Que la gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros.
Es cierto que fue crucificado en debilidad, pero ahora vive por el poder de Dios. De igual manera, nosotros participamos de su debilidad, pero por el poder de Dios viviremos con Cristo para vosotros.
Lo he perdido todo a fin de conocer a Cristo, experimentar el poder que se manifestó en su resurrección, participar en sus sufrimientos y llegar a ser semejante a él en su muerte.
Cuando Cristo, que es vuestra vida, se manifieste, entonces también vosotros seréis manifestados con él en gloria.