Y dijo Dios: «¡Que haya luces en el firmamento que separen el día de la noche; que sirvan como señales de las estaciones, de los días y de los años,
1 Corintios 15:41 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Uno es el esplendor del sol, otro el de la luna y otro el de las estrellas. Cada estrella tiene su propio brillo. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Una es la gloria del sol, otra la gloria de la luna, y otra la gloria de las estrellas, pues una estrella es diferente de otra en gloria. Biblia Nueva Traducción Viviente El sol tiene una clase de gloria, mientras que la luna tiene otra y las estrellas tienen otra. Y hasta las estrellas se diferencian unas de otras por la gloria de cada una. Biblia Católica (Latinoamericana) También el resplandor del sol es muy diferente del resplandor de la luna y las estrellas, y el brillo de una estrella difiere del brillo de otra. La Biblia Textual 3a Edicion una es la gloria del sol; y otra, la gloria de la luna; y otra, la gloria de las estrellas; porque una estrella difiere de otra en gloria. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Uno es el esplendor del sol; otro el de la luna y otro el de las estrellas; y, dentro de las estrellas, cada una tiene su propio esplendor. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Una es la gloria del sol, y otra la gloria de la luna, y otra la gloria de las estrellas; porque una estrella es diferente de otra estrella en gloria. |
Y dijo Dios: «¡Que haya luces en el firmamento que separen el día de la noche; que sirvan como señales de las estaciones, de los días y de los años,
¿He admirado acaso el resplandor del sol o el avance esplendoroso de la luna,
Cuando contemplo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que allí fijaste,
La luna se sonrojará y el sol se avergonzará, porque sobre el monte Sión, sobre Jerusalén, reinará el Señor Todopoderoso, glorioso entre sus ancianos.
Así mismo hay cuerpos celestes y cuerpos terrestres; pero el esplendor de los cuerpos celestes es uno, y el de los cuerpos terrestres es otro.
Así sucederá también con la resurrección de los muertos. Lo que se siembra en corrupción resucita en incorrupción;
De lo contrario, cuando levantéis los ojos y veáis todo el ejército del cielo —es decir, el sol, la luna y las estrellas—, podéis sentiros tentados a postraros ante ellos y adorarlos. Esos astros se los ha dado vuestro Señor y Dios a todas las naciones que están debajo del cielo.