(Los saduceos sostienen que no hay resurrección, ni ángeles ni espíritus; los fariseos, en cambio, reconocen todo esto).
1 Corintios 15:13 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Si no hay resurrección, entonces ni siquiera Cristo ha resucitado. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó. Biblia Nueva Traducción Viviente Pues, si no hay resurrección de los muertos, entonces Cristo tampoco ha resucitado; Biblia Católica (Latinoamericana) Si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó. La Biblia Textual 3a Edicion Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco el Mesías fue resucitado; Biblia Serafín de Ausejo 1975 Porque, si no hay resurrección de muertos, ni siquiera Cristo ha sido resucitado. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó. |
(Los saduceos sostienen que no hay resurrección, ni ángeles ni espíritus; los fariseos, en cambio, reconocen todo esto).
Y, si el Espíritu de aquel que levantó a Jesús de entre los muertos vive en vosotros, el mismo que levantó a Cristo de entre los muertos también dará vida a vuestros cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que vive en vosotros.
Y no solo ella, sino también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, mientras aguardamos nuestra adopción como hijos, es decir, la redención de nuestro cuerpo.
Ahora bien, si se predica que Cristo ha sido levantado de entre los muertos, ¿cómo dicen algunos de vosotros que no hay resurrección?
Y, si Cristo no ha resucitado, nuestra predicación no sirve para nada, como tampoco vuestra fe.
Lo cierto es que Cristo ha sido levantado de entre los muertos, como primicias de los que murieron.
¿Acaso no creemos que Jesús murió y resucitó? Así también Dios resucitará con Jesús a los que han muerto en unión con él.
Por lo demás me espera la corona de justicia que el Señor, el juez justo, me otorgará en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que con amor hayan esperado su venida.
El Dios que da la paz levantó de entre los muertos al gran Pastor de las ovejas, a nuestro Señor Jesús, por la sangre del pacto eterno.
Por tanto, ya que ellos son de carne y hueso, él también compartió esa naturaleza humana para anular, mediante la muerte, al que tiene el dominio de la muerte —es decir, al diablo—,
¡Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo! Por su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo mediante la resurrección de Jesucristo, para que tengamos una esperanza viva
y el que vive. Estuve muerto, pero ahora vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del infierno.