Y con muchas otras palabras exhortaba Juan a la gente y les anunciaba las buenas nuevas.
1 Corintios 14:3 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 En cambio, el que profetiza habla a los demás para edificarlos, animarlos y consolarlos. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación. Biblia Nueva Traducción Viviente En cambio, el que profetiza fortalece a otros, los anima y los consuela. Biblia Católica (Latinoamericana) El que profetiza, en cambio, da a los demás firmeza, aliento y consuelo. La Biblia Textual 3a Edicion Pero el que profetiza, habla a los hombres para edificación y exhortación, y consuelo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Por el contrario, el que profetiza, habla a los hombres, edifica, exhorta y anima. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Mas el que profetiza, habla a los hombres para edificación, y exhortación, y consolación. |
Y con muchas otras palabras exhortaba Juan a la gente y les anunciaba las buenas nuevas.
Al terminar la lectura de la ley y los profetas, los jefes de la sinagoga mandaron a decirles: «Hermanos, si tenéis algún mensaje de aliento para el pueblo, hablad».
fortaleciendo a los discípulos y animándolos a perseverar en la fe. «Es necesario pasar por muchas dificultades para entrar en el reino de Dios», les decían.
Judas y Silas, que también eran profetas, hablaron extensamente para animarlos y fortalecerlos.
José, un levita natural de Chipre, a quien los apóstoles llamaban Bernabé (que significa: Consolador),
Mientras tanto, la iglesia disfrutaba de paz a la vez que se consolidaba en toda Judea, Galilea y Samaria, pues vivía en el temor del Señor. E iba creciendo en número, fortalecida por el Espíritu Santo.
si es el de animar a otros, que los anime; si es el de socorrer a los necesitados, que dé con generosidad; si es el de dirigir, que dirija con esmero; si es el de mostrar compasión, que lo haga con alegría.
Por lo tanto, esforcémonos por promover todo lo que conduzca a la paz y a la mutua edificación.
«Todo está permitido», pero no todo es provechoso. «Todo está permitido», pero no todo es constructivo.
Por eso vosotros, ya que tanto ambicionáis dones espirituales, procurad que estos abunden para la edificación de la iglesia.
¿Qué concluimos, hermanos? Que, cuando os reunáis, cada uno puede tener un himno, una enseñanza, una revelación, un mensaje en lenguas o una interpretación. Todo esto debe hacerse para la edificación de la iglesia.
Así todos podéis profetizar por turno, para que todos reciban instrucción y aliento.
En cuanto a lo sacrificado a los ídolos, es cierto que todos tenemos conocimiento. El conocimiento envanece, mientras que el amor edifica.
quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que, con el mismo consuelo que de Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren.
Más bien debierais perdonarlo y consolarlo para que no sea consumido por la excesiva tristeza.
Evitad toda conversación obscena. Por el contrario, que vuestras palabras contribuyan a la necesaria edificación y sean de bendición para quienes las escuchan.
Os lo envío precisamente para que sepáis cómo estamos y para que cobréis ánimo.
Lo envío a vosotros precisamente para que tengáis noticias de nosotros, y así cobréis ánimo.
Sabéis también que a cada uno de vosotros lo hemos tratado como trata un padre a sus propios hijos.
Nuestra exhortación no se origina en el error ni en malas intenciones, ni procura engañar a nadie.
Así que os enviamos a Timoteo, hermano nuestro y colaborador de Dios en el evangelio de Cristo, con el fin de afianzaros y animaros en la fe
Por lo demás, hermanos, os pedimos encarecidamente en el nombre del Señor Jesús que sigáis progresando en el modo de vivir que agrada a Dios, tal como lo aprendisteis de nosotros. De hecho, ya lo estáis practicando.
A tales personas les ordenamos y exhortamos en el Señor Jesucristo que tranquilamente se pongan a trabajar para ganarse la vida.
y de prestar atención a leyendas y genealogías interminables. Esas cosas provocan controversias en vez de llevar adelante la obra de Dios que es por la fe.
En tanto que llego, dedícate a la lectura pública de las Escrituras, y a enseñar y animar a los hermanos.
Los que tienen amos creyentes no deben faltarles al respeto por ser hermanos. Al contrario, deben servirles todavía mejor, porque los que se benefician de sus servicios son creyentes y hermanos queridos. Esto es lo que debes enseñar y recomendar.
Predica la Palabra; persiste en hacerlo, sea o no sea oportuno; corrige, reprende y anima con mucha paciencia, sin dejar de enseñar.
Debe apegarse a la palabra fiel, según la enseñanza que recibió, de modo que también pueda exhortar a otros con la sana doctrina y refutar a los que se opongan.
Esto es lo que debes enseñar. Exhorta y reprende con toda autoridad. Que nadie te menosprecie.
Enseña a los esclavos a someterse en todo a sus amos, a procurar agradarles y a no ser respondones.
No dejemos de congregarnos, como acostumbran hacerlo algunos, sino animémonos unos a otros, y con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca.
Hermanos, os ruego que recibáis bien estas palabras de exhortación, ya que os he escrito brevemente.
Más bien, mientras dure ese «hoy», animaos unos a otros cada día, para que ninguno de vosotros os endurezcáis por el engaño del pecado.
Con la ayuda de Silvano, a quien considero un hermano fiel, os he escrito brevemente, para animaros y confirmaros que esta es la verdadera gracia de Dios. Manteneos firmes en ella.
Vosotros, en cambio, queridos hermanos, manteneos en el amor de Dios, edificándoos sobre la base de su santísima fe y orando en el Espíritu Santo, mientras esperáis que nuestro Señor Jesucristo, en su misericordia, os conceda vida eterna.