El que acata sus órdenes no sufrirá daño alguno. El corazón sabio sabe cuándo y cómo acatarlas.
1 Corintios 11:29 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Porque el que come y bebe sin discernir el cuerpo come y bebe su propia condena. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí. Biblia Nueva Traducción Viviente Pues, si alguno come el pan y bebe de la copa sin honrar el cuerpo de Cristo, come y bebe el juicio de Dios sobre sí mismo. Biblia Católica (Latinoamericana) El que come y bebe indignamente, come y bebe su propia condenación por no reconocer el cuerpo. La Biblia Textual 3a Edicion Porque el que come y bebe° sin distinguir el cuerpo,° juicio come y bebe para sí. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Porque el que come y bebe sin discernir el cuerpo, come y bebe su propia condena. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque el que come y bebe indignamente, come y bebe juicio para sí, no discerniendo el cuerpo del Señor. |
El que acata sus órdenes no sufrirá daño alguno. El corazón sabio sabe cuándo y cómo acatarlas.
Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís: “Este es un glotón y un borracho, amigo de recaudadores de impuestos y de pecadores”.
Por lo tanto, todo el que se opone a la autoridad se rebela contra lo que Dios ha instituido. Los que así proceden recibirán castigo.
y, después de dar gracias, lo partió y dijo: «Este pan es mi cuerpo, que por vosotros entrego; haced esto en memoria de mí».
Por lo tanto, cualquiera que coma el pan o beba de la copa del Señor de manera indigna será culpable de pecar contra el cuerpo y la sangre del Señor.
Así que cada uno debe examinarse a sí mismo antes de comer el pan y beber de la copa.
Por eso hay entre vosotros muchos débiles y enfermos, e incluso varios han muerto.
En cambio, el alimento sólido es para los adultos, para los que tienen la capacidad de distinguir entre lo bueno y lo malo, pues han ejercitado su facultad de percepción espiritual.
Hermanos míos, no pretendáis muchos de vosotros ser maestros, pues, como sabéis, seremos juzgados con más severidad.
Sobre todo, hermanos míos, no juréis ni por el cielo ni por la tierra ni por ninguna otra cosa. Que vuestro «sí» sea «sí», y vuestro «no», «no», para que no seáis condenados.