Tito 2:12 - Biblia Castilian 2003 y por ella aprendemos a renunciar a la impiedad y a los deseos mundanos y a vivir en este mundo con moderación, con justicia, con religiosidad, Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, Biblia Nueva Traducción Viviente Y se nos instruye a que nos apartemos de la vida mundana y de los placeres pecaminosos. En este mundo maligno, debemos vivir con sabiduría, justicia y devoción a Dios, Biblia Católica (Latinoamericana) nos enseña a rechazar la vida sin Dios y las codicias mundanas, y a vivir en el mundo presente como seres responsables, justos y que sirven a Dios. La Biblia Textual 3a Edicion enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a las pasiones mundanas, vivamos sobria, justa y piadosamente en el mundo presente, Biblia Serafín de Ausejo 1975 y por ella aprendemos a renunciar a la impiedad y a los deseos mundanos y a vivir en este mundo con moderación, con justicia, con religiosidad, Biblia Reina Valera Gómez (2023) enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a las concupiscencias mundanas, vivamos en este presente mundo, sobria, justa y piadosamente. |
¿Hasta cuándo, hijos de hombre, mi honor es deshonor, vuestro amor va a lo vac o; vuestra búsqueda al enga o? Selah
Pondré mi esp ritu en vuestro interior y haré que procedáis según mis leyes y guardéis mis normas y las cumpláis.
Si alguien dice una palabra en contra del Hijo del hombre, se le perdonará; pero el que la diga en contra del Esp ritu Santo no tendrá perdón ni en este mundo ni en el futuro.
Entonces Jesús dijo a sus disc pulos: 'El que quiera venir en pos de m, niéguese a s mismo, cargue con su cruz y s game.
y ense ándoles a observar todo cuanto yo os he mandado. Y mirad: yo estoy con vosotros todos los d as hasta el final de los tiempos'.
Ambos eran realmente rectos ante Dios y llevaban una conducta intachable en conformidad con todos los mandamientos y órdenes del Se or.
Ya no hablaré mucho con vosotros, porque está al llegar el jefe del mundo. Contra m nada puede;
Cuando lo encontraron al otro lado del mar, le dijeron: ' Rabb, ¿cuándo has llegado aqu ?'.
Por ello también yo me esfuerzo en tener continuamente una conciencia irreprochable ante Dios y ante los hombres.
Pero cuando Pablo tocó el tema de la justicia y de la continencia y del juicio venidero, Félix, atemorizado, interrumpió: 'Por ahora, basta. Cuando tenga ocasión propicia, te llamaré'.
No os amoldéis a las normas del mundo presente, sino procurad transformaros por la renovación de la mente, a fin de que logréis discernir cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, lo agradable, lo perfecto.
Por consiguiente, no reine ya el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que cedáis a sus malos deseos,
- Estoy hablando en términos humanos, a causa de vuestra natural limitación -. Pues bien, as como ofrecisteis vuestros miembros al servicio de la impureza y de la inmoralidad, hasta caer en la inmoralidad total, as también ofreced ahora vuestros miembros al servicio de la justicia, hasta llegar a la santidad.
Pues si viv s según la carne moriréis; pero si, por el Esp ritu, dais muerte a las malas acciones del cuerpo, viviréis.
Mi orgullo se basa en el testimonio de nuestra conciencia de que hemos actuado en el mundo, y especialmente con vosotros, con la simplicidad y honradez de Dios, [y] no con sabidur a carnal, sino con la gracia de Dios.
Teniendo, pues, la posesión de tales promesas, purifiquémonos de todo lo que pueda manchar la carne o el esp ritu y completemos nuestra santificación en el temor de Dios.
que se entregó a s mismo por nuestros pecados, para arrancarnos del perverso mundo actual, según la voluntad de Dios, nuestro Padre,
Los que son de Cristo [Jesús] han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.
por cuanto nos ha elegido en él antes de la creación del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia. En su amor
en que vivisteis en el pasado siguiendo la corriente de este mundo, siguiendo al pr ncipe de la potestad del aire, al esp ritu que actúa ahora entre los hijos de la rebeld a,
ahora ya os ha reconciliado por su cuerpo de carne mediante la muerte, para presentaros santos, sin tacha e irreprochables ante él,
Acerca del amor fraterno, no necesitáis que os escribamos, pues Dios mismo os ha instruido directamente en el amor mutuo
Que nadie te tenga en menos por tu juventud. Al contrario, procura ser modelo de todos los creyentes: en la palabra, en la conducta, en el amor, en la fe, en la pureza de vida.
A los ricos de este mundo, recomiéndales que no sean altivos, ni pongan su esperanza en cosa tan insegura como la riqueza, sino en Dios, que nos provee de todo espléndidamente para nuestra satisfacción;
Pues los que intentan enriquecerse, caen por ello mismo en tentación y trampa, o sea, en múltiples afanes locos y nocivos, que hunden a los hombres en ruina y perdición.
Todos los que quieran vivir religiosamente en Cristo Jesús sufrirán persecuciones.
pues Demas me abandonó por amor de este mundo y se marchó a Tesalónica; Crescente, a Galacia; Tito, a Dalmacia.
Porque hubo un tiempo en que también nosotros éramos insensatos, desobedec amos, nos extraviábamos, serv amos a deseos y placeres diversos, pasábamos nuestra vida entre malicia y envidia, odiados y odiándonos mutuamente.
No tendrá ya que ense arse uno a otro, ni una persona a otra, diciéndole: 'Conoce al Se or'; porque todos ellos me conocerán, desde el más peque o al más grande,
La religión pura y sin mancha delante de Dios y Padre es ésta: visitar huérfanos y viudas en dificultades y conservarse limpio del contagio del mundo.
El Se or sabe librar de la prueba a los piadosos y reservar para el castigo hasta el d a del juicio a los imp os,
Si todas las cosas se han de disolver as, ¡cómo no deberéis andar vosotros en santo comportamiento y piedad,
En cuanto a vosotros, la unción que de él recibisteis permanece en vosotros, y no necesitáis que nadie os ense e. Y dado que su unción os ense a todas las cosas - y es verdad y no mentira -, permaneced en él tal como él os ha ense ado.
Sabemos que somos de Dios, y que el mundo entero está sometido al Maligno.
Os dec an: 'En los últimos tiempos habrá escarnecedores que caminarán según sus imp os deseos'.
¡Ésta es la hora de la constancia del pueblo santo, de los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús!