Porque en él vivimos y nos movemos y somos, como ya dijeron algunos de vuestros poetas: 'Porque de su mismo linaje somos'.
Tito 1:12 - Biblia Castilian 2003 Fue un cretense precisamente, profeta entre los suyos, quien dijo: 'Los cretenses son siempre embusteros, malas bestias, glotones ociosos'. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Uno de ellos, su propio profeta, dijo: Los cretenses, siempre mentirosos, malas bestias, glotones ociosos. Biblia Nueva Traducción Viviente Incluso uno de sus propios hombres, un profeta de Creta, dijo acerca de ellos: «Todos los cretenses son mentirosos, animales crueles y glotones perezosos». Biblia Católica (Latinoamericana) Fue precisamente uno de su raza, a quien ellos tienen por profeta, el que dijo: 'Cretenses, siempre mentirosos, malas bestias y vientres perezosos. La Biblia Textual 3a Edicion Uno de ellos, su propio profeta, dijo: Los cretenses, siempre mentirosos, malas bestias, glotones ociosos.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Fue un cretense precisamente, profeta entre los suyos, quien dijo: 'Los cretenses son siempre embusteros, malas bestias, glotones ociosos'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Aun uno de ellos; su propio profeta, dijo: Los cretenses, siempre mentirosos, malas bestias, vientres perezosos. |
Porque en él vivimos y nos movemos y somos, como ya dijeron algunos de vuestros poetas: 'Porque de su mismo linaje somos'.
tanto jud os como prosélitos, los cretenses y los árabes los estamos oyendo proclamar en nuestras propias lenguas las grandezas de Dios'.
Y como aquel puerto no era a propósito para invernar, decidieron los más que hab a que hacerse a la mar y tratar de conseguir pasar el invierno en Fenice, puerto de Creta orientado a suroeste y noroeste.
Se levantó viento sur y, pensando que podr an conseguir su intento, levaron anclas y navegaron costeando la isla de Creta.
Durante bastantes d as navegamos lentamente, y nos acercamos a Cnido con dificultad, porque el viento nos era contrario. Seguimos al abrigo de Creta junto a Salmona;
Esos tales no sirven a Cristo, Se or nuestro, sino a sus propios bajos apetitos y, con su modo de hablar lisonjero y adulador, seducen el corazón de los sencillos.
cuyo término es la perdición, cuyo Dios es el vientre y cuya gloria se funda en sus vergüenzas. Estos tales centran su atención en lo terreno.
por causa de embaucadores hipócritas, que tienen marcada a fuego su propia conciencia,
Te dejé en Creta con el fin de que acabaras de organizar lo que faltaba e instituyeras presbiteros en cada ciudad, según las normas que yo mismo te di:
Mas aquéllos, como animales irracionales destinados por la naturaleza a ser piezas de caza y perecer, que blasfeman de lo que ignoran, en su corrupción serán destruidos
Abandonando el camino recto, se extraviaron siguiendo la senda de Balaán, hijo de Beor, quien apeteció un salario inicuo,