Canto gradual. De David. Mi corazón, Se or, no es altanero, ni mis ojos altivos. No voy tras lo grandioso, ni tras lo prodigioso, que me excede,
Sofonías 3:11 - Biblia Castilian 2003 Aquel d a, ya no tendrás que avergonzarte de tantas rebeld as cometidas contra m, porque yo quitaré de en medio de ti a tus vanidosos fanfarrones, y no volverás ya a engre rte por mi santo monte. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 En aquel día no serás avergonzada por ninguna de tus obras con que te rebelaste contra mí; porque entonces quitaré de en medio de ti a los que se alegran en tu soberbia, y nunca más te ensoberbecerás en mi santo monte. Biblia Nueva Traducción Viviente En ese día ya no hará falta que sean avergonzados, porque dejarán de rebelarse contra mí. Quitaré al orgulloso y al arrogante de entre ustedes; no habrá más altivez en mi monte santo. Biblia Católica (Latinoamericana) Ese día ya no tendrás que avergonzarte de todas esas faltas que cometes contra mí, pues de en medio de ti yo arrancaré a aquellos que se jactan de su orgullo y tú no seguirás vanagloriándote de mi montaña santa. La Biblia Textual 3a Edicion En aquel día no serás avergonzada por todas tus acciones con que te rebelaste contra mí, porque entonces Yo habré quitado de en medio de ti a los que se gozan en tu soberbia, y no volverás a ensoberbecerte en mi santo monte. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Aquel día, ya no tendrás que avergonzarte de tantas rebeldías cometidas contra mí, porque yo quitaré de en medio de ti a tus vanidosos fanfarrones, y no volverás ya a engreírte por mi santo monte. Biblia Reina Valera Gómez (2023) En aquel día no serás avergonzada por ninguna de tus obras con que te rebelaste contra mí; porque entonces quitaré de en medio de ti a los que se alegran en tu soberbia, y nunca más te enaltecerás en mi santo monte. |
Canto gradual. De David. Mi corazón, Se or, no es altanero, ni mis ojos altivos. No voy tras lo grandioso, ni tras lo prodigioso, que me excede,
voy a centrar mi atención en un proverbio y exponer al son del arpa mi sentencia.
Hazlos, oh Dios, morir, y que mi pueblo no lo olvide, en tu poder dispérsalos, derr balos, Se or, nuestra defensa.
Nadie hará mal, nadie hará da o en toda mi santa monta a, porque el pa s estará lleno del conocimiento de Yahveh, como las aguas colman el mar.
Porque es el d a de Yahveh Sebaot: contra todo soberbio y altanero, contra todo enaltecido, para abatirlo,
Israel es salvado por Yahveh con salvación eterna. No seréis avergonzados ni abochornados por los siglos de los siglos.
Será abatido el hombre, el mortal será humillado, serán abajados los ojos altaneros.
No temas, que no quedarás avergonzada, no te abochornes, que no quedarás confundida, pues olvidarás la vergüenza de tu solter a y no recordarás la afrenta de tu viudedad.
los llevaré a mi santa monta a y los alegraré en mi casa de oración. Sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptados sobre mi altar; porque mi casa es casa de oración, y as la llamarán todos los pueblos.
A cambio de vergüenza tendrán el doble; a cambio de la afrenta gozarán de su porción. Por eso en su pa s poseerán doble herencia, será la suya alegr a eterna.
'As dice Yahveh: de este modo haré que se pudra la soberbia de Judá y la gran soberbia de Jerusalén.
No confiéis en estas enga osas palabras: 'Templo de Yahveh, templo de Yahveh, templo de Yahveh es éste'.
porque en mi monte santo, en el monte excelso de Israel - oráculo del Se or Yahveh -, all toda la casa de Israel, toda entera me servirá en el pa s; all me complaceré en ellos y all reclamaré vuestras ofertas, las primicias de vuestros dones y todas vuestras ofrendas sagradas.
'Di a la casa de Israel: as dice el Se or Yahveh: mirad: voy a profanar mi santuario, orgullo de vuestra potencia, encanto de vuestros ojos, y anhelo de vuestras almas; y vuestros hijos y vuestras hijas, los que habéis dejado, caerán a espada'.
En nombre de tu justicia, aparta, Se or, tu ira y tu furor de Jerusalén, tu ciudad, tu santa monta a; pues, por nuestros pecados y por las iniquidades de nuestros padres, Jerusalén y tu pueblo son el oprobio de todos los que nos rodean.
Estaba yo aún hablando, orando, confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y presentando mi súplica a Yahveh, mi Dios, por su santa monta a;
Sus jefes juzgan por soborno, sus sacerdotes ense an por lucro, sus profetas adivinan por dinero, y se apoyan en Yahveh, diciendo: '¿No está Yahveh entre nosotros? ¡No nos sucederá nada malo!'.
Se amotinaron contra Moisés y Aarón, y les dijeron: '¡Habéis ido demasiado lejos! Pues que toda la comunidad, todos ellos, son santos, y en medio de ellos está Yahveh, ¿con qué derecho os ponéis por encima de la asamblea de Yahveh?'.
y no os hacéis ilusiones pensando en vuestro interior: 'Tenemos por padre a Abrahán'! Porque os aseguro que poderoso es Dios para sacar de estas piedras hijos de Abrahán.
Pues si tú, que llevas el nombre de jud o, que descansas seguro en la ley, y te sientes ufano de tu Dios;
según está escrito: He aqu que pongo en Sión una piedra de tropiezo y una roca contra la cual uno se da; pero quien tiene fe en él no quedará defraudado.
Por eso está escrito: Mirad que estoy cimentando en Sión una piedra, una piedra probada, angular, preciosa: quien crea en ella no vacilará.