En cambio, los gobernadores que me hab an precedido hab an gravado al pueblo: además de quitarles pan y vino, les exig an cuarenta siclos de plata. También sus criados oprim an al pueblo. Pero yo no proced as, por temor de Dios.
Sofonías 1:9 - Biblia Castilian 2003 Castigaré también aquel d a a los que traspasan el umbral, a los que llenan la casa de su se or de violencia y fraude. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Asimismo castigaré en aquel día a todos los que saltan la puerta, los que llenan las casas de sus señores de robo y de engaño. Biblia Nueva Traducción Viviente Sí, castigaré a los que toman parte en cultos paganos y a los que llenan las casas de sus amos con violencia y engaño. Biblia Católica (Latinoamericana) También pediré cuentas a todos los que saltan por encima del umbral del Templo de su Señor sin pisarlo, y a los que lo llenan de violencia y de robos. La Biblia Textual 3a Edicion Aquel día castigaré también a cuantos saltan el umbral,° y llenan de engaños y violencias la casa de sus señores.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Castigaré también aquel día a los que traspasan el umbral, a los que llenan la casa de su señor de violencia y fraude. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Asimismo haré visitación en aquel día sobre todos los que saltan la puerta, los que llenan de robo y de engaño las casas de sus señores. |
En cambio, los gobernadores que me hab an precedido hab an gravado al pueblo: además de quitarles pan y vino, les exig an cuarenta siclos de plata. También sus criados oprim an al pueblo. Pero yo no proced as, por temor de Dios.
Si el jefe presta o do a palabras mentirosas, todos sus servidores serán malvados.
Como jaula repleta de pájaros, as están repletas sus casas de fraude; por eso se hacen grandes y ricos,
No saben administrar justicia - oráculo de Yahveh - ellos, que amontonan violencias y atropellos en sus palacios.
Sus ricos rezuman violencia, sus habitantes dicen mentiras y tienen en su boca una lengua mendaz.
Pregunté: '¿Qué es?'. Respondió: 'Esto que aparece es un ánfora'. Después a adió: 'Ésta es su iniquidad en todo el pa s'.
Al ver sus amos desvanecida la esperanza de sus ganancias, prendieron a Pablo y a Silas, los arrastraron al foro ante los magistrados
Su marido se levantó de ma ana, abrió las puertas de la casa y salió para proseguir su viaje. Entonces vio que la mujer, su concubina, yac a a la puerta de la casa, con las manos sobre el umbral.
Por eso ni los sacerdotes de Dagón ni ninguno de cuantos entran en el templo de Dagón pisan el umbral de Dagón, en Asdod, hasta el d a de hoy.