'¿Hasta cuándo, Se or?' - pregunté -. Y él me respondió: 'Hasta que queden las ciudades asoladas y sin habitantes, las casas sin hombres, el campo desolado como un desierto.
Sofonías 1:13 - Biblia Castilian 2003 Su riqueza será entregada al pillaje, sus casas a la devastación. Si construyen casas, no las habitarán; si plantan vi as, no beberán su vino. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Por tanto, serán saqueados sus bienes, y sus casas asoladas; edificarán casas, mas no las habitarán, y plantarán viñas, mas no beberán el vino de ellas. Biblia Nueva Traducción Viviente Por eso serán despojados de sus posesiones, y sus casas serán saqueadas. Construirán nuevas casas, pero nunca vivirán en ellas. Plantarán viñedos, pero nunca beberán su vino. Biblia Católica (Latinoamericana) Pues bien, sus riquezas serán saqueadas; sus casas, demolidas' La Biblia Textual 3a Edicion Por tanto sus riquezas serán saqueadas y sus casas asoladas. Edificarán casas, pero no las habitarán, plantarán viñas, pero no beberán su vino. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Su riqueza será entregada al pillaje, sus casas a la devastación. Si construyen casas, no las habitarán; si plantan viñas, no beberán su vino. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Será por tanto saqueada su hacienda, y sus casas asoladas; y edificarán casas, mas no las habitarán; y plantarán viñas, mas no beberán el vino de ellas. |
'¿Hasta cuándo, Se or?' - pregunté -. Y él me respondió: 'Hasta que queden las ciudades asoladas y sin habitantes, las casas sin hombres, el campo desolado como un desierto.
Tu riqueza y tus tesoros entregaré al pillaje en compensación por todos tus pecados en todas tus fronteras.
de los montes en el campo. Tu riqueza y todos tus tesoros entregaré al pillaje, en pago por todos tus pecados en los altos en todas tus fronteras.
Desastre sobre desastre, se grita. ¡Todo el pa s está devastado! De repente son saqueadas mis tiendas; en un instante, mis pabellones.
Sube un león desde la selva, se ha puesto en camino un devastador de naciones, ha salido de su residencia para hacer de tu pa s un desierto: arruinadas serán tus ciudades sin quedar un habitante.
Devorará tu cosecha y tu pan. Devorarán a tus hijos y a tus hijas. Devorará tu reba o y tu vacada, devorará tu vi a y tu higuera; desmantelará con la espada tus plazas fuertes en las que conf as.
¿Quién es tan sabio que entienda esto? ¿A quién habló la boca de Yahveh, que pueda explicarlo? ¿Por qué el pa s se ha perdido, está abrasado como el desierto, sin que nadie pase?
Escuchad, pues, mujeres, la palabra de Yahveh, y reciba vuestro o do la palabra de su boca; ense ad a vuestras hijas el lamento y unas a otras la eleg a:
Voy a volcar mi indignación sobre ellos y a aniquilarlos con el fuego de mi cólera; haré recaer su conducta sobre su cabeza - oráculo del Se or Yahveh.'
Tirarán su plata en las calles, y su oro servirá de estiércol. Ni su plata ni su oro podrán salvarlos en el d a de la ira de Yahveh. No saciarán su apetito ni llenarán su vientre, porque fueron ocasión de su pecado.
Bot n haré de ellas en manos de extranjeros, y despojo para los malvados del pa s, que las profanarán.
Por eso traeré a las naciones más crueles para que ocupen sus casas; pondré fin al orgullo de los poderosos, y sus santuarios serán profanados.
Porque habéis aplastado al indigente y tomáis de él tributo de grano, habéis construido casas de sillares pero no las habitaréis, habéis plantado vi as deliciosas pero no beberéis el vino.
Justamente por vuestra culpa, Sión será arada como un campo, Jerusalén reducida a un montón de ruinas y el monte del templo a un cerro de maleza.
Sembrarás, pero no segarás; prensarás la oliva, pero no te ungirás con aceite, pisarás la uva, pero no beberás el vino.
Castigaré también aquel d a a los que traspasan el umbral, a los que llenan la casa de su se or de violencia y fraude.
Te desposarás con una mujer y otro hombre dormirá con ella; construirás una casa y no la habitarás; plantarás una vi a y no la vendimiarás.
Plantarás vi as y las trabajarás, pero no beberás vino ni harás provisión de él, porque se las comerá el gusano.
Él se comerá las cr as de tus ganados y los productos de tu suelo hasta que perezcas; no te dejará trigo, ni mosto, ni aceite, ni partos de tus vacas, ni cr as de tus ovejas, hasta destruirte.