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Salmos 3:4 - Biblia Castilian 2003

Pero tú, Se or, eres mi escudo, mi honor y el que levanta mi cabeza.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Con mi voz clamé a Jehová, Y él me respondió desde su monte santo. Selah

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Clamé al Señor, y él me respondió desde su monte santo. Interludio

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Tan pronto como llamo al Señor, me responde desde su monte santo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Con mi voz clamé a YHVH, Y Él me respondió desde su Santo Monte. Selah

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Pero tú, Señor, eres mi escudo, mi honor y el que levanta mi cabeza.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Con mi voz clamé a Jehová, y Él me respondió desde su monte santo. (Selah)

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Lòt tradiksyon



Salmos 3:4
29 Referans Kwoze  

Después de estos sucesos, Yahveh dirigió la palabra a Abrán en una visión, diciéndole: 'No temas, Abrán. Yo soy tu escudo; tu recompensa será muy grande'.


Tú eres mi abrigo y tú mi escudo, yo f o en tu palabra.


El d a en que te invoco, tú me atiendes y acrecientas las fuerzas de mi alma.


mi roca, mi torreón y mi refugio, mi Dios y el fort n a que me acojo, mi escudo, mi defensa y mi castillo.


'Yo he establecido a este mi rey sobre Sión, mi monte santo'.


Y con eso se yergue mi cabeza sobre el enemigo que me cerca. Ofreceré en su tienda sacrificios jubilosos, con cantos y salmodias al Se or.


El Se or es mi fortaleza, él mi escudo, en él espero y él me ayuda: mi corazón se regocija y con mi canto le doy gracias.


Alabad conmigo al Se or, Gu mel ensalcemos al un sono su nombre.


Poned en él los ojos, estad radiantes He y no tengáis los rostros abatidos.


Manda tu luz y tu verdad que ellas me hagan de gu a: me llevarán a tu monta a santa, al lugar de tu morada.


Invócame en el d a de la angustia: te libraré y tú me darás gloria.


Mi victoria y mi honor están en Dios, y en él mi roca fuerte y mi defensa.


Torre y escudo es el Se or: él otorga favores y fortuna, y no rehúsa bien alguno al que camina en rectitud.


Del Se or es nuestro escudo y del santo de Israel es nuestro rey.


Él me invoca y yo lo atiendo, en la angustia estoy con él para librarle y ponerlo en dignidad.


Exaltad al Se or y nuestro Dios, postraos ante su monta a santa, pues santo es el Se or y nuestro Dios.


Él reserva el éxito a los justos, es un escudo para quien bien camina,


Antes que me llamen, yo responderé; estarán aún hablando y yo escucharé.


Has o do mi voz: ¡no cierres tus o dos a mis gemidos y clamores!


Pedid y os darán; buscad y encontraréis; llamad y os abrirán.


¿Está mal alguno de entre vosotros? Que ore. ¿Está de buen ánimo? Que cante himnos.