Salmos 102:16 - Biblia Castilian 2003 Los pueblos venerarán el nombre del Se or y su majestad, los reyes todos de la tierra. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Por cuanto Jehová habrá edificado a Sion, Y en su gloria será visto; Biblia Nueva Traducción Viviente Pues el Señor reconstruirá Jerusalén; él aparecerá en su gloria. Biblia Católica (Latinoamericana) cuando el Señor reconstruya a Sión y se manifieste en su gloria, La Biblia Textual 3a Edicion Porque YHVH habrá reedificado a Sión, Habrá aparecido en su gloria, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Los pueblos venerarán el nombre del Señor y su majestad, los reyes todos de la tierra. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Por cuanto Jehová habrá edificado a Sión, y en su gloria será visto; |
No está tu complacencia en sacrificios para que yo te ofrezca, ni quieres tú holocaustos.
Que los cielos y la tierra te bendigan, los mares y cuanto en ellos bulle.
Los cielos manifiestan su justicia y los pueblos todos perciben su grandeza.
Ésta es la decisión tomada contra toda la tierra; ésta es la mano extendida contra todas las naciones.
Y temerán desde el occidente el nombre de Yahveh y desde el sol naciente su gloria; pues vendrá como torrente desencadenado al que impulsa el soplo de Yahveh.
Caminarán las naciones hacia tu luz, los reyes hacia el fulgor de tu aurora.
Todas las ovejas de Quedar se reunirán junto a ti, los carneros de Nebayot te servirán de sacrificio, subirán para mi complacencia sobre mi altar, y glorificaré la casa de mi gloria.
para alegrar a los enlutados de Sión; para darles corona en vez de ceniza, óleo de alegr a en vez de luto, canto de alabanza en vez de apocamiento. Se les llamará terebintos de justicia, plantación de Yahveh para gloria suya.
Pero yo vengo a reunir a todas las naciones y lenguas: ellas vendrán y verán mi gloria.
Volveré a edificarte y serás reedificada, virgen de Israel; volverás a adornarte con tus tambores y saldrás al corro de gentes jubilosas.
Voy a cambiar la suerte de Judá y la suerte de Israel, y a restablecerlos como al principio.
Arrojáis a las mujeres de mi pueblo del hogar que era su delicia. Arrebatáis a sus peque uelos para siempre el honor que yo les di.
Maldito el fraudulento que, teniendo en su reba o un macho sano, ofrecido en voto, sacrifica al Se or bestia lisiada. Yo soy el gran rey - dice Yahveh Sebaot -, y mi nombre es respetado en las naciones.