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Proverbios 4:4 - Biblia Castilian 2003

Él me ense aba y me dec a: 'Retenga tu corazón mis palabras', guarda mis preceptos y vivirás,

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Y él me enseñaba, y me decía: Retenga tu corazón mis razones, Guarda mis mandamientos, y vivirás.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Mi padre me enseñó: «Toma en serio mis palabras. Sigue mis mandatos y vivirás.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

él me instruía entonces en estos términos: '¡Recuerda bien mis palabras; sigue mis consejos y vivirás!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y él me enseñaba y me decía: Retenga tu corazón mis palabras, Guarda mis mandamientos, y vivirás.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Él me enseñaba y me decía: 'Retenga tu corazón mis palabras', guarda mis preceptos y vivirás,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y él me enseñaba, y me decía: Retenga tu corazón mis palabras, guarda mis mandamientos, y vivirás.

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Lòt tradiksyon



Proverbios 4:4
22 Referans Kwoze  

Porque yo lo he escogido para que mande a sus hijos, y a su casa después de él, que guarden el camino de Yahveh, haciendo lo que es justo y recto, para que Yahveh realice en Abrahán cuanto le ha prometido'.


Y tú, Salomón, hijo m o, reconoce al Dios de tu padre y s rvele con corazón perfecto y ánimo generoso, porque Yahveh sondea todos los corazones y penetra la ndole de todos los pensamientos. Si lo buscas, él se dejará hallar por ti; pero si lo abandonas, te rechazará para siempre.


en mi interior escondo tus palabras, a fin de no pecar en tu presencia.


Tus avisos son siempre rectitud: hazme sabio y que viva.


Observo tus decretos y tus leyes: mis caminos te están todos delante.


Ense a al ni o cuál es su camino: ni siquiera en su vejez lo abandonará.


Conf a en m, hijo m o; disfruten tus ojos en mis sendas.


Hijo m o, no olvides mis ense anzas y guarda mis preceptos en tu corazón,


porque largos d as, a os de vida y paz a adirán en tu haber.


Observa mis preceptos y vivirás, sea mi ense anza como la pupila de tus ojos.


Inclinad vuestro o do y venid a m, escuchadme y viviréis. Quiero sellar con vosotros una alianza eterna, las gracias permanentes de David.


'No te entregarán - replicó Jerem as -. Escucha, pues, la voz de Yahveh en lo que te digo, y te irá bien y as salvarás tu vida.


Y yo sé bien que este mandato suyo es vida eterna. Por eso, las cosas que yo hablo, las hablo tal y como el Padre me las ha dicho'.


Y vosotros, padres, no exasperéis a vuestros hijos, sino, por el contrario, educadlos en la disciplina y en la instrucción del Se or.


Por tanto, guárdate y cu date mucho de no olvidar las cosas que han visto tus ojos, ni dejes que se aparten de tu corazón en todos los d as de tu vida y se las ense arás a tus hijos y a los hijos de tus hijos.


Queden grabadas en tu corazón estas palabras que yo te mando hoy.


Me acuerdo mucho de la sinceridad de tu fe, la misma que animó primero a tu abuela Loide y a tu madre Eunice, y estoy seguro de que también a ti.


y de que desde ni o conoces las Sagradas Escrituras, que tienen el poder de instruirte para la salvación por la fe en Cristo Jesús.


y llevado a la consumación, se convirtió, para los que le obedecen, en causa de salvación eterna,


Le dijo entonces Manóaj: 'Cuando se cumplan tus palabras, ¿cuál será la norma de conducta y el proceder con el ni o?'.