Jamás se posará el cetro del malvado sobre la suerte de los justos, para que éstos no alarguen su mano a la maldad.
Proverbios 30:9 - Biblia Castilian 2003 no sea que, saciado, me desv e y diga: '¿Quién es Yahveh?'. O que, por la indigencia, robe y profane el nombre de mi Dios. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 No sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? O que siendo pobre, hurte, Y blasfeme el nombre de mi Dios. Biblia Nueva Traducción Viviente Pues si me hago rico, podría negarte y decir: «¿Quién es el Señor?». Y si soy demasiado pobre, podría robar y así ofender el santo nombre de Dios. Biblia Católica (Latinoamericana) Porque con la abundancia podría dejarte y decir: '¿Pero, quién es Yavé?' Y en la miseria podría ponerme a robar: lo que sería deshonrar el nombre de mi Dios!' La Biblia Textual 3a Edicion No sea que, harto, te niegue y diga: ¿Quién es YHVH? O que, siendo pobre, hurte, y blasfeme el nombre de mi Dios. Biblia Serafín de Ausejo 1975 no sea que, saciado, me desvíe y diga: '¿Quién es Yahveh?'. O que, por la indigencia, robe y profane el nombre de mi Dios. Biblia Reina Valera Gómez (2023) No sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? O que siendo pobre, hurte, y blasfeme el nombre de mi Dios. |
Jamás se posará el cetro del malvado sobre la suerte de los justos, para que éstos no alarguen su mano a la maldad.
No pronunciarás el nombre de Yahveh, tu Dios, en vano; pues Yahveh no dejará impune al que pronuncie en vano su nombre.
Respondió el Faraón: '¿Quién es Yahveh para que yo tenga que escuchar su voz y deje salir a Israel? No conozco a Yahveh ni tampoco dejaré partir a Israel'.
El cómplice del ladrón se odia a s mismo: oye la maldición, pero no lo denuncia.
prevaricar y renegar de Yahveh, apartarnos de seguir a nuestro Dios, tratar de opresión y rebeld a, concebir y musitar palabras mentirosas;
¡Oh generación! Atiende a la palabra de Yahveh: ¿He sido para Israel un desierto o una tierra tenebrosa? ¿Por qué mi pueblo dice: 'Somos libres, no vendremos más a ti?'.
Renegaron de Yahveh y dijeron: 'Él no existe; no nos vendrá mal alguno, ni espada ni hambre veremos.
Por eso, as dice el Se or Yahveh: 'Por haberte olvidado de m y por haberme vuelto las espaldas, carga tú ahora con tu lascivia y tus prostituciones'.'
El árbol que viste, que crec a y se hac a fuerte, cuya copa llegaba hasta el cielo y se ve a desde toda la tierra,
En aquel mismo instante se cumplió en Nabucodonosor la sentencia. Fue expulsado de entre los hombres, comió hierba como los bueyes y su cuerpo se empapó del roc o del cielo; le crecieron los cabellos como las plumas de las águilas y las u as como las de los pájaros.
Cuando los apacenté, se saciaron se saciaron, se jactaron en su corazón, y as se olvidaron de m.
'Si una persona peca porque, habiendo sido conjurada para declarar, y siendo ella testigo por haberlo visto o sabido, no lo denunció y ha incurrido, por consiguiente, en una falta;
Entonces él se puso a echar maldiciones y a jurar: '¡Que no conozco a ese hombre!'. Y en aquel momento cantó un gallo.
cuando los haya introducido en la tierra que promet bajo juramento a sus padres, tierra que mana leche y miel. Cuando, después de haber comido, de haberse saciado y de haber engordado, se vuelva a otros dioses y los sirvan y a m me desprecien, rompiendo mi alianza;
Yesurún engorda y cocea. Te pusiste gordo, macizo, cebado. Rechazó al Dios que lo hizo, despreció a la Roca, su salvación.
Josué dijo a todo el pueblo: 'Mirad: esta piedra servirá de testigo contra vosotros, pues ella ha escuchado todas las palabras que Yahveh os ha dicho; y también servirá de testigo contra vosotros, para que no reneguéis de vuestro Dios'.