Entonces David se levantó del suelo, se lavó, se perfumó y mudó sus ropas. Luego entró en la casa de Yahveh, donde se postró en oración. Vuelto a su casa, pidió que le sirvieran de comer, y comió.
Proverbios 3:7 - Biblia Castilian 2003 No seas sabio a tus ojos, teme a Yahveh y apártate del mal: Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 No seas sabio en tu propia opinión; Teme a Jehová, y apártate del mal; Biblia Nueva Traducción Viviente No te dejes impresionar por tu propia sabiduría. En cambio, teme al Señor y aléjate del mal. Biblia Católica (Latinoamericana) No te creas el más sabio: ten el temor de Yavé y mantente alejado del mal. La Biblia Textual 3a Edicion No seas sabio en tu propia opinión. Teme a YHVH, y apártate del mal, Biblia Serafín de Ausejo 1975 No seas sabio a tus ojos, teme a Yahveh y apártate del mal: Biblia Reina Valera Gómez (2023) No seas sabio en tu propia opinión: Teme a Jehová, y apártate del mal; |
Entonces David se levantó del suelo, se lavó, se perfumó y mudó sus ropas. Luego entró en la casa de Yahveh, donde se postró en oración. Vuelto a su casa, pidió que le sirvieran de comer, y comió.
En cambio, los gobernadores que me hab an precedido hab an gravado al pueblo: además de quitarles pan y vino, les exig an cuarenta siclos de plata. También sus criados oprim an al pueblo. Pero yo no proced as, por temor de Dios.
Hab a en la región de Us un hombre llamado Job. Era ntegro y recto, tem a a Dios y evitaba el mal.
Y luego dijo al hombre: Temer al Se or es sabidur a; huir del mal, inteligencia'.
Respondió Moisés al pueblo: 'No temáis, que Dios ha venido para poneros a prueba y para que tengáis ante vuestros ojos su temor y no pequéis'.
Con bondad y lealtad se exp a la culpa, con el temor de Yahveh se evita el mal.
¿Has visto un hombre que se tiene por sabio? Más cabe esperar de un necio que de él.
El rico se hace la ilusión de que es sabio, pero el hombre inteligente lo desenmascara.
(El temor de Yahveh odia el mal). Aborrezco la arrogancia y la soberbia, la mala conducta y el lenguaje perverso.
Fin del discurso. Una vez o do todo, teme a Dios y guarda sus mandamientos: eso es lo que al hombre corresponde.
No quiero, hermanos, para que no presumáis de vosotros mismos, que ignoréis este misterio: que el endurecimiento parcial de Israel se prolongará hasta que entre la totalidad de los gentiles.
Tened unos con otros el mismo sentir, sin abrigar sentimientos de grandeza, sino dejándoos llevar al trato con los humildes. No os tengáis por sabios ante vosotros mismos.