No tendrá que temer de malas nuevas: Mem su corazón seguro conf a en el Se or. Nun
Proverbios 3:25 - Biblia Castilian 2003 No temerás el espanto repentino ni la tormenta que cae sobre el malvado, Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 No tendrás temor de pavor repentino, Ni de la ruina de los impíos cuando viniere, Biblia Nueva Traducción Viviente No hay por qué temer la calamidad repentina ni la destrucción que viene sobre los perversos, Biblia Católica (Latinoamericana) No temerás una catástrofe repentina o el ataque imprevisto de los malhechores. La Biblia Textual 3a Edicion No temerás el pavor repentino, Ni el ataque de los impíos cuando venga, Biblia Serafín de Ausejo 1975 No temerás el espanto repentino ni la tormenta que cae sobre el malvado, Biblia Reina Valera Gómez (2023) No tendrás temor de pavor repentino, ni de la ruina de los impíos cuando viniere: |
No tendrá que temer de malas nuevas: Mem su corazón seguro conf a en el Se or. Nun
No tendrás que temer del terror de la noche, ni de la flecha que vuela por el d a
cuando os llegue como huracán el espanto y os venga como tormenta la desdicha, cuando os sorprenda la angustia y la opresión.
Estarás cimentada en la justicia, alejada de la opresión, que no temerás, y del terror, que no se te acercará.
Cada cual se sentará bajo su parra y bajo su higuera, sin que nadie le moleste. ¡As lo ha dicho Yahveh Sebaot!
Acamparé como centinela ante mi casa contra los que van y vienen; ya no pasará por ella el opresor, porque ahora yo vigilo con mis ojos.
Cuando veáis, pues, la abominación de la desolación, la anunciada por el profeta Daniel, instalada en el lugar santo - entiéndalo bien el que lee -,
Habéis de o r fragores de batallas y noticias de guerras. ¡Cuidado! No os alarméis. Porque eso tiene que suceder, pero todav a no es el fin.
Y cuando oigáis fragores de guerras y de revoluciones, no os alarméis; porque eso tiene que suceder primero, pero no llegará tan pronto el fin'.
'Que no se turbe vuestro corazón: creéis en Dios, pues creed también en m.
Aun en el caso de que tuvierais que padecer por la justicia, dichosos vosotros. No temáis sus amenazas ni tembléis.