Ajab dijo a El as: '¡Otra vez a mi encuentro mi enemigo!'. Él le respondió: 'S; otra vez a tu encuentro. Por haberte vendido para hacer el mal a los ojos de Yahveh,
Proverbios 29:10 - Biblia Castilian 2003 Los sanguinarios odian al inocente, los rectos se preocupan por su vida. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Los hombres sanguinarios aborrecen al perfecto, Mas los rectos buscan su contentamiento. Biblia Nueva Traducción Viviente Los sanguinarios odian a las personas intachables, pero los honrados procuran ayudarlas. Biblia Católica (Latinoamericana) Los violentos aborrecen al hombre integro, los malvados tratan de perderle. La Biblia Textual 3a Edicion Los sanguinarios aborrecen al hombre íntegro, Los rectos se preocupan por él. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Los sanguinarios odian al inocente, los rectos se preocupan por su vida. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Los hombres sanguinarios aborrecen al íntegro; pero los rectos procuran por su alma. |
Ajab dijo a El as: '¡Otra vez a mi encuentro mi enemigo!'. Él le respondió: 'S; otra vez a tu encuentro. Por haberte vendido para hacer el mal a los ojos de Yahveh,
El rey de Israel respondió a Josafat: 'Queda todav a un hombre por medio del cual se puede consultar a Yahveh; pero yo siento aversión hacia él, porque nunca me profetiza bienes, sino solamente males. Es Miqueas, hijo de Yimlá'. Josafat le dijo: 'No hable el rey as '.
El rey de Israel respondió a Josafat: 'Queda todav a un hombre por medio del cual se puede consultar a Yahveh; pero yo siento aversión hacia él, porque nunca me profetiza bienes, sino solamente males. Es Miqueas, hijo de Yimlá'. Josafat le dijo: 'No hable el rey as '.
Defiéndeme, mi Dios, de mi enemigo, protégeme de los que se yerguen contra m;
Abominación de los justos es el inicuo; abominación de los malvados, el de recta conducta.
¿Se devuelve mal por bien, y por eso cavaron una fosa para m ? Recuerda cómo estuve ante ti intercediendo por ellos, para apartar de ellos tu furor.
Tiraron entonces de Jerem as con las cuerdas y lo subieron de la cisterna. Jerem as quedó en el patio de la guardia.
El cusita Ebedmélec, eunuco residente en el palacio real, oyó que hab an echado a Jerem as en la cisterna. El rey se encontraba entonces en la puerta de Benjam n.
Jesús dec a: 'Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen'. Luego se repartieron sus vestidos echando suertes.
No es que yo pretenda obtener de un hombre testimonio en mi favor; si os lo recuerdo, es para que os salvéis.
Y puesto de rodillas, gritó con fuerte voz: 'Se or, no les tomes en cuenta este pecado'. Y as diciendo, expiró.
Hermanos, el anhelo de mi corazón y mi oración a Dios por ellos es para que alcancen salvación.
'Me arrepiento de haber constituido rey a Saúl, porque se ha apartado de m y no ha ejecutado mis órdenes'. Afligióse Samuel y pasó toda la noche clamando a Yahveh.