¿No le han contado a mi se or lo que hice cuando Jezabel asesinaba a los profetas de Yahveh? Yo escond en unas cavernas a cien profetas de Yahveh en dos grupos de cincuenta y les proporcioné pan y agua.
Proverbios 28:12 - Biblia Castilian 2003 Cuando triunfan los justos, hay gran gozo; cuando se alzan los malvados, todos se ocultan. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Cuando los justos se alegran, grande es la gloria; Mas cuando se levantan los impíos, tienen que esconderse los hombres. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando los justos triunfan, todo el mundo se alegra. Cuando los perversos toman el control, todos se esconden. Biblia Católica (Latinoamericana) Cuando triunfan los justos es grande la alegría; cuando ganan los malos, cada uno se esconde. La Biblia Textual 3a Edicion Cuando el justo triunfa hay gran esplendor, Cuando se yerguen los malvados, la gente se esconde. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando triunfan los justos, hay gran gozo; cuando se alzan los malvados, todos se ocultan. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Cuando los justos se alegran, grande es la gloria; mas cuando los impíos se levantan, los hombres se esconden. |
¿No le han contado a mi se or lo que hice cuando Jezabel asesinaba a los profetas de Yahveh? Yo escond en unas cavernas a cien profetas de Yahveh en dos grupos de cincuenta y les proporcioné pan y agua.
El as sintió miedo, se levantó y se puso en camino para salvar su vida. Al llegar a Berseba de Judá, dejó aqu a su criado.
En el d a veintitrés del mes séptimo, Salomón envió al pueblo a sus tiendas, contentos y con el corazón alegre por todos los beneficios que Yahveh hab a otorgado a David, a Salomón y a su pueblo Israel.
En la dicha de los justos se goza la ciudad, en la ruina de los malvados se alegra.
Cuando se alzan los malvados, todos se ocultan; cuando desaparecen, medran los justos.
Cuando abundan los justos, el pueblo se alegra; cuando domina un malvado, el pueblo gime.
¡Ay de ti, pa s, que por rey tienes un ni o y cuyos pr ncipes banquetean ya de ma ana!
'Vete - dijeron los dignatarios a Baruc - y escondeos, tú y Jerem as; que nadie sepa donde estáis'.
sino que el rey ordenó a Yerajmeel, hijo del rey; a Serayas, hijo de Azriel, y a Selem as, hijo de Abdel, que prendieran a Baruc, el secretario, y a Jerem as, el profeta; pero Yahveh los escondió.
Recorred las calles de Jerusalén, mirad bien y comprobad, buscad por sus plazas a ver si encontráis a uno siquiera, a uno que practique la justicia, que busque la verdad, y la perdonaré.
Hoy mismo han visto tus ojos que Yahveh te entregaba en mis manos en la cueva. Se me incitaba a matarte; pero sent piedad de ti y me dije: 'No extenderé yo mi mano contra mi se or, pues es el ungido de Yahveh'.