Levantóse Abrahán de madrugada, tomó pan y un odre de agua y se lo dio a Agar; y poniéndole el ni o sobre la espalda, la despidió. Ella se fue y anduvo errante por el desierto de Berseba.
Proverbios 27:8 - Biblia Castilian 2003 Como ave que vaga lejos de su nido, as es el hombre errante lejos de su hogar. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Cual ave que se va de su nido, Tal es el hombre que se va de su lugar. Biblia Nueva Traducción Viviente El que se aleja de su hogar es como el ave que se aleja de su nido. Biblia Católica (Latinoamericana) Como un ave que vuela errante lejos de su nido, así es el hombre que anda lejos de su hogar. La Biblia Textual 3a Edicion Cual ave que se va de su nido, Tal es el hombre que se va de su lugar. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Como ave que vaga lejos de su nido, así es el hombre errante lejos de su hogar. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Cual ave que se va de su nido, tal es el hombre que se va de su lugar. |
Levantóse Abrahán de madrugada, tomó pan y un odre de agua y se lo dio a Agar; y poniéndole el ni o sobre la espalda, la despidió. Ella se fue y anduvo errante por el desierto de Berseba.
Abandonó Ca n la presencia de Yahveh, y se estableció en el pa s de Nod, al oriente de Edén.
Respondióle el Faraón: '¿Qué te falta a mi lado, para que quieras volver a tu pa s?'. Él respondió: 'Nada; pero déjame partir'.
Entró en una cueva para pasar la noche. Yahveh le dirigió la palabra diciéndole: '¿Qué haces aqu, El as?'.
Quien abandona el camino de la prudencia reposará en la asamblea de las sombras.
Como pájaro que aletea y golondrina que vuela, as la maldición gratuita no tiene consistencia.
El hombre ah to desprecia la miel; para el hambriento, lo amargo es dulce.
Cómo pájaro espantado, cual nidada dispersa, son las hijas de Moab en los vados del Arnón.
Pero Jonás se levantó para huir a Tarsis, lejos de la presencia de Yahveh. Bajó a Jope y encontró una nave a punto de zarpar hacia Tarsis. Pagó el pasaje y se embarcó para navegar con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de Yahveh.
olas furiosas del mar que arrojan la espuma de su desvergüenza, estrellas fugaces a las que está reservada para siempre la lobreguez de las tinieblas.
Dijo entonces el profeta Gad a David: 'No te quedes en la fortaleza, vete y vuélvete al pa s de Judá'. David se fue y se refugió en el bosque de Jéret.