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Proverbios 27:4 - Biblia Castilian 2003

Cruel es el furor, hirviente la cólera, pero ¿quién resistirá a los celos?

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Cruel es la ira, e impetuoso el furor; Mas ¿quién podrá sostenerse delante de la envidia?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

El enojo es cruel, y la ira es como una inundación, pero los celos son aún más peligrosos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

La cólera es cruel, el furor tiene sus excesos, pero ¿quién puede hacer frente a la envidia?

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La Biblia Textual 3a Edicion

Cruel es la furia e impetuosa la ira, Pero ¿quién resistirá a los celos?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Cruel es el furor, hirviente la cólera, pero ¿quién resistirá a los celos?

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Cruel es la ira, e impetuoso el furor; mas ¿quién podrá sostenerse delante de la envidia?

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Lòt tradiksyon



Proverbios 27:4
18 Referans Kwoze  

Pose a reba os de ganado menor y mayor y numerosa servidumbre y los filisteos empezaron a tenerle envidia,


Sus hermanos le cobraron envidia, pero su padre rumiaba aquellas palabras.


Sabiendo Onán que los hijos no ser an suyos, cuando se acercaba a la mujer de su hermano derramaba por tierra, para no dar descendencia a su hermano.


Porque el despecho mata al necio y la cólera consume al insensato.


Un corazón tranquilo es vida del cuerpo, la envidia corroe los huesos.


Pesada es la piedra y grave la arena, pero más aún la ira que provoca el necio.


Porque los celos enfurecen al marido: no tendrá piedad el d a de la venganza,


Ponme de sello sobre tu corazón, como sello en tu brazo, pues fuerte es el amor como la muerte, y fiera la pasión como el seol. Sus ardores son rayos de una hoguera, una llama divina.


Pues bien sab a él que se lo hab an entregado por envidia.


Entonces los jud os, llenos de envidia, reunieron a unos cuantos vagabundos, maleantes y revoltosos y amotinaron la ciudad. Se presentaron ante la casa de Jasón con la intención de entregarlos al populacho.


Entonces el sumo sacerdote y todos los suyos, los de la secta de los saduceos, se llenaron de ira,


Los patriarcas, envidiosos de José, lo vendieron a Egipto; pero Dios estaba con él


están repletos de toda suerte de perversión, de malicia, codicia y maldad; llenos de envidia, de homicidios, de ri as, fals a y mala entra a; son difamadores,


No como Ca n, que era del Maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué lo mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas.


Desde aquel d a, Saúl miraba a David con malos ojos.