Jacob, su padre, les dijo: '¡Me vais a dejar sin hijos! José ya no existe. Simeón no está entre nosotros. Y ahora queréis llevaron a Benjam n. ¡Todas las desgracias caen sobre m !'.
Proverbios 23:5 - Biblia Castilian 2003 pones los ojos en ellas, y se disipan, pues parecen tener alas como el águila que se remonta hasta los cielos. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 ¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas? Porque se harán alas Como alas de águila, y volarán al cielo. Biblia Nueva Traducción Viviente Las riquezas desaparecen en un abrir y cerrar de ojos, porque les saldrán alas y se irán volando como las águilas. Biblia Católica (Latinoamericana) apenas se la ve ya desapareció. Se pone alas e igual que un águila se pierde entre las nubes. La Biblia Textual 3a Edicion Pues le echas una mirada, y ya no están, Han echado alas como un águila que vuela a los cielos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 pones los ojos en ellas, y se disipan, pues parecen tener alas como el águila que se remonta hasta los cielos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) ¿Has de poner tus ojos en lo que no es nada? Porque las riquezas se harán alas, como alas de águila, y volarán al cielo. |
Jacob, su padre, les dijo: '¡Me vais a dejar sin hijos! José ya no existe. Simeón no está entre nosotros. Y ahora queréis llevaron a Benjam n. ¡Todas las desgracias caen sobre m !'.
Mira: hiciste mis d as de unos palmos, mi existencia ante ti, como una nada: en total no es más que un soplo cuanto el hombre subsiste. Selah
¡Vanidad de vanidades!, dice Qohélet. ¡Vanidad de vanidades. Todo es vanidad!
¿Por qué gastáis dinero en lo que no alimenta, y vuestra ganancia en lo que no sacia? Escuchadme bien y comeréis lo bueno, se deleitará vuestro paladar en manjares sustanciosos.
Pero tus ojos y tu corazón sólo piensan en tus ganancias, en derramar sangre inocente, en ejercer opresión y violencia.
'Atiéndelo, mira por él, no le hagas ningún da o, antes al contrario: pórtate con él como él te pida'.
No amaséis tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre los destruyen y donde los ladrones perforan las paredes y roban.
A los ricos de este mundo, recomiéndales que no sean altivos, ni pongan su esperanza en cosa tan insegura como la riqueza, sino en Dios, que nos provee de todo espléndidamente para nuestra satisfacción;
porque todo lo que hay en el mundo - los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la jactancia de la opulencia - no proviene del Padre, sino que procede del mundo.