Se produjeron disputas entre los pastores del ganado de Abrán y los pastores del ganado de Lot. Por entonces los cananeos y los perizeos habitaban en el pa s.
Proverbios 20:3 - Biblia Castilian 2003 Es honor para el hombre evitar las rencillas, pero el insensato se mete en ellas. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Honra es del hombre dejar la contienda; Mas todo insensato se envolverá en ella. Biblia Nueva Traducción Viviente Evitar la pelea es una señal de honor; solo los necios insisten en pelear. Biblia Católica (Latinoamericana) Poner fin a las querellas engrandece al hombre; el que no se domina es un tonto. La Biblia Textual 3a Edicion Honra del hombre es evitar la contienda, Pero todo insensato se envolverá en ella. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Es honor para el hombre evitar las rencillas, pero el insensato se mete en ellas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Honra es al hombre el apartarse de contienda; mas todo insensato se envolverá en ella. |
Se produjeron disputas entre los pastores del ganado de Abrán y los pastores del ganado de Lot. Por entonces los cananeos y los perizeos habitaban en el pa s.
Dijo entonces Abrán a Lot: 'No haya altercado entre tú y yo, ni entre mis pastores y los tuyos, pues somos hermanos.
Joás, rey de Israel, envió a Amas as, rey de Judá, esta respuesta: 'El cardo del L bano mandó a decir al cedro del L bano: 'Dame tu hija para esposa de mi hijo'. Pero pasaron las bestias salvajes del L bano y pisotearon al cardo'.
El hombre paciente tiene gran prudencia, el irascible muestra su fatuidad.
Más vale saber sufrir que ser héroe, ser due o de s que conquistar una ciudad.
Iniciar un pleito es soltar las aguas; mejor es retirarse que entablar el proceso.
La sensatez hace al hombre paciente, tiene por honor disimular una falta.
Soberbio y desde oso, su nombre es 'insolente': el que actúa con excesiva arrogancia.
Tomar por las orejas a un perro que pasa: tal es meterse en litigio ajeno.
Sed, por el contrario, amables y compasivos unos con otros y perdonaos mutuamente, como Dios os perdonó en Cristo.
Pero si tenéis amarga envidia y rivalidad en vuestro corazón, dejad de engre ros y no mintáis contra la verdad.
¿De dónde vienen entre vosotros las guerras y de dónde las luchas? ¿No vienen precisamente de aqu, de vuestras pasiones, que hacen la guerra en vuestros miembros?