Castiga a tu hijo mientras hay esperanza, pero no te excites hasta matarlo.
Castiga a tu hijo en tanto que hay esperanza; Mas no se apresure tu alma para destruirlo.
Disciplina a tus hijos mientras haya esperanza; de lo contrario, arruinarás sus vidas.
Corrige a tu hijo mientras haya esperanza; sino tú serás responsable de su muerte.
Castiga a tu hijo mientras hay esperanza, Pero no desee tu alma causarle la muerte.
Castiga a tu hijo en tanto que hay esperanza, y no dejes que tu alma se detenga por causa de su llanto.
Quien escatima la vara quiere mal a su hijo, quien bien le quiere procura corregirlo.
El hombre iracundo sufrirá su castigo; si tú lo perdonas, se irrita aún más.
La necedad arraiga en el corazón del joven; la vara de la instrucción le alejará de ella.
Ciudad abierta, sin murallas: tal es el hombre sin dominio de s.
La vara y el castigo dan sabidur a: el hijo consentido avergüenza a su madre.
Corrige a tu hijo: él será tu descanso y hará las delicias de tu alma.
Si un hombre tiene un hijo indócil y rebelde, que no quiere escuchar la voz de su padre ni la de su madre, ni les presta atención cuando lo corrigen,