Proverbios 15:25 - Biblia Castilian 2003 Yahveh derriba la casa del soberbio y mantiene en pie el lindero de la viuda. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Jehová asolará la casa de los soberbios; Pero afirmará la heredad de la viuda. Biblia Nueva Traducción Viviente El Señor derriba la casa de los orgullosos, pero protege la propiedad de las viudas. Biblia Católica (Latinoamericana) Yavé derriba la casa de los orgullosos, pero protege el cercado de la viuda. La Biblia Textual 3a Edicion YHVH arranca la casa del soberbio, Y planta la heredad de la viuda. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Yahveh derriba la casa del soberbio y mantiene en pie el lindero de la viuda. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Jehová destruirá la casa de los soberbios; mas Él afirmará los linderos de la viuda. |
Tú mismo puedes ver, Res observar el pesar y la aflicción y tomarlos en tus manos. A ti el pobre se abandona, al huérfano eres tú quien le socorre.
el Se or, el que protege al extranjero y el que sostiene al huérfano y a la viuda. Y él, también, el que entorpece las sendas del imp o.
Los malvados se hunden y desaparecen, mientras subsiste la casa de los justos.
La casa de los malvados será demolida, la tienda de los justos prosperará.
No desplaces los linderos antiguos, no te metas en los campos de los huérfanos,
aprended a obrar el bien; buscad lo que es justo, enderezad lo violento; defended al huérfano, proteged a la viuda.
Porque es el d a de Yahveh Sebaot: contra todo soberbio y altanero, contra todo enaltecido, para abatirlo,
engordan y se ponen rollizos; hasta se hinchan con malas palabras. No defienden la causa, la causa del huérfano para que prospere, ni fallan el pleito de los pobres.
Pero cuando su corazón se ensoberbeció y su esp ritu se obstinó en el orgullo, fue derribado de su trono real y despojado de su gloria.
No moverás los mojones de tu prójimo de como los trazaron los antepasados en la heredad que recibas en la tierra que Yahveh, tu Dios, va a darte en posesión.
La religión pura y sin mancha delante de Dios y Padre es ésta: visitar huérfanos y viudas en dificultades y conservarse limpio del contagio del mundo.
De igual modo, vosotros, jóvenes, someteos a los presb teros. Revest os todos de humildad en servicio mutuo, porque Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes.